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jueves, 27 de enero de 2011

LEONEL OSPINA


Biografía de Leonel Ospina

Absolutamente todos los músicos que lo conocieron en sus tiempos de gloria, de gran éxito, todos —sin pensarlo mucho—, coinciden en que Leonel Ospina fue el puntero de guitarra más hábil que tuvo la música parrandera en épocas de gran apogeo; y no sólo la música parrandera, sino la música popular colombiana en general. Leonel Ospina fue un prodigio tocando una guitarra, y los que hemos tenido el privilegio de escucharlo en los últimos días, podemos asegurar, que en este momento, es mejor que casi todos los guitarristas populares actuales; Leonel perdió su habili­dad mental, pero conserva mucho su habilidad musical; su mundo interior es otra cosa, y a veces los recuerdos son vagos; hay cosas que no memoriza, pero puede ser que no las quiere recordar; y ya no queda sombra de aquel cantor y guitarrero bien vestido, orgulloso, hasta petulante, organizado, de ambiente refinado, de licores finos y mujeres hermosas; el Leonel Ospina actual, el que tuvo un tremendo trauma psicológico, es un hombre perdido en su pasado, absolutamente abstraído, diferente, callado, taciturno y adquirió modales que en su tiempo de éxito no tenía, descuida­do, mal vestido, poco aseado, barba desarreglada y también la dentadura, abusa de la confianza y le pide dinero a todo el mundo; es muy triste ver una gloria de la canción colombiana en este estado, y unos dicen que todo se debió al vicio, otros comentan que a sus problemas sentimentales y unos terceros argumentan que a las dos cosas. Leonel Ospina en este momento, es despre­ciado hasta por aquellos que siempre lo han explotado, por aque­llos que todos los días venden sus discos, pero que nunca le can­celan ninguna regalía, aquellos que cuando él se arrima a sus em­presas sólo dicen a sus servidores:

—Llévale 1.000 pesos a ese loco, pero que se vaya pa'la puta mierda.
Los amigos de las grandes farras de Leonel se perdieron, ya no aparecen los que brindaban con whisky o lo secundaban en sus vicios; Leonel está abstraído en su mundo, y si no ha sido por hombres de caridad que todavía existen, Leonel ya hubiera muer­to de hambre en una acera, mientras los grandes promotores de discos —que todos los días explotan su música—, cada día se enriquecen más.

El problema psiconeurótico de Leonel cada día se agrava más y este hombre de la guitarra, el canto y el arte, todos los días, se pierde más en su cerebro y su mundo vacíos.

Por intermedio del gran amigo y compositor Don Arturo Zuluaga, logré hacer una cita con Leonel, y pensando más en lo que iba a recibir por la entrevista, esto fue lo que me dijo:

"Yo nací en Amagá, el 18 de julio de 1939, por allá en los tiempos de la guerra de Churchill, Colombia y todos los países. Mis padres se llamaban Alfonso Ospina y Sixta Tulia Restrepo; mi papá era familiar de Mariano Ospina.... primo o algo así; yo tuve cuatro hermanos, dos hombres y dos mujeres, y a todos les gusta la música; de los hombres uno vive en Caldas y el otro vive en Manrique.

En mi familia no conozco a nadie que haya tocado algún instrumento.... tal vez el de OSPINA Y MARTÍNEZ, que de pronto tenga que ver conmigo.

A mí me nació lo de la música.... viendo,.... viendo a Gentil Montaña que es el mejor guitarrista de Colombia y a algunos amigos que tocaban; claro que en ese tiempo todavía no tocaban bien.... y casi todos estábamos aprendiendo no más.

Yo llegué a Medellín en 1950 y vine a vivir en la casa de mi padrino, que era un General de guerra, jubilado ya porque la gue­rra se había acabado en el 46 más o menos; él se llamaba Cipriano Gutiérrez, no recuerdo el otro apellido, pero la casa estaba ubi­cada en el barrio Boston, o mejor, entre Boston y Enciso.

Yo no le quise pedir a nadie que me enseñara tonos, yo apren­dí.... viendo; no tuve profesores, lo que hice lo monté yo en 'la casa del Poblado', y yo escuchaba a tríos como LOS REYES o LOS PANCHOS.... y me sentía capacitado para tocar todo lo que ellos tocaban; LOS REYES se especializaron en Méjico, LOS PANCHOS en Nueva York; yo me fijaba en ellos, pero nunca los imité, porque a mí no me gustaba imitar a nadie; claro que yo grabé varios long plays con música de LOS PANCHOS, pero tocada por mí en guitarra.... instrumentales.

En Guillermo Buitrago también me fijé, pero le repito... a mí no me gustaba imitar a nadie, yo sacaba todo original; claro que Buitrago me parecía regular, pues en algunos discos se equivoca en la guitarra un poquito.... y también, su vocalización es defi­ciente.

En las décadas pasadas me gustaban muy pocos artistas, si acaso los boleros de Genaro Salinas, LOS PANCHOS; pero Leo Marini, me parecía regular, incluso yo lo acompañé con la guitarra en una fiesta en la casa de Don Carlos Serna, pues yo creo que ellos eran compadres, y le acompañé como unos cuatro boleros.

Yo acompañé a Julio César Álzate en discos Fuentes, tam­bién hice dos long plays con POSADA Y CALLE, acompañé a Víctor Hugo Ayala, a LOS MÉDICOS.... a VALENCIA AGUA­YO en un disco que se llama LAS MEJORES CANCIONES DEL ECUADOR; no acompañé a Julio Jaramillo, ni a Olimpo Cárdenas, pero sí a Lucho Bowen.

Ya en la música bailable me tocó acompañar a Julio Erazo:

A mí me llaman el halconcito
 porque persigo a la morenita....

Cuando yo 'demostré' la voz en Silver, hay mismo me hicie­ron artista exclusivo. Acompañé también en Codiscos a Esthercita Forero, hicimos un long play barranquillero donde está:

Mírala cómo baila, pegadita de los hombres....

Acompañé a LOS CHARRASQUIADOS; también acom­pañé a Tito Cortés, ese que decía:

Yolanda, la reina de la parranda....

Con Gildardo Montoya hice cuatro canciones pero no re­cuerdo cuáles fueron; a Luis Carlos Jaramillo lo acompañé en 5 o 6 canciones.

Estuve tocando y grabando también con LOS PAMPEROS, LOS CHAPARRITOS y el dueto REVELACIÓN; igualmente me tocó con Judith Arboleda y Consuelo Pérez.

Yo empecé con la música como a los 8 años de edad y la primera canción que yo aprendí fue COPITO DE YERBABUENA, que era la que más oía:

Tu amor que en la primavera....

La guitarra que yo tenía en ese tiempo había sido de mi papá, quien me la regaló a mí y es en 'la finca del Poblado', donde yo empiezo a manejar esa guitarra.

A mí me contrataron directo, sólo me escucharon y ahí mis­mo me contrataron, y el primer disco me lo escogió Lucho Bermúdez, en discos Silver y se llama EL JARDINERO (1953).... ese fue el primero, pero es el disco que yo más he cantao en la vida, en ríales, miles de fiestas donde yo he estao, pues siempre me piden EL JARDINERO.

LOS PLAYEROS, fue un conjunto que yo tuve con Saúl Orrego, quien trabajaba en la contabilidad de Carvajal, y el otro de LOS PLAYEROS era Alfonso Ospina, un hermano mío.

Estuve también en Sonolux, en el conjunto LOS POCABULLA, que grabamos con Consuelo Pérez y José Fernando, quien hoy está en Estados Unidos; grabé con muchos conjun­tos.... pero en este momento no me acuerdo.

Grabé dos long plays para R.C.A. Víctor, haciendo de so­lista con la guitarra; también grabé un L.P. de puro tiple, porque yo además de guitarra, también toco tiple, pero este disco sólo se distribuyó en Cuba y Venezuela.

Para discos Victoria hice un trabajo que se llamó 18 IM­PACTOS INTERNACIONALES; yo grabé muchas cosas.... pero lo que pasa es que no las recuerdo.

Las casas disqueras pagaban a la tarifa que estuviera mar­cando la moneda; y yo creo que pagaban bien, porque con esa plata que pagaban.... uno vivía; claro que les faltaba aprender más finanzas.

En ese tiempo que yo grababa, punteros buenos de guita­rra. ... no había; algunos tenían estilo pa' serenatas y otros pa' grabaciones, pero punteros, punteros buenos, ¡no!... no había.... sobresaliente no había ninguno; y como yo era quien llevaba la melodía, me daba cuenta muy fácil si servían o no servían.... pues grabando es como se conoce al músico, y no en serenatas, pues en las serenatas ellos tienen ensayao y montao eso así, pero en la grabaciones no.... y no había ninguno bueno; por ejemplo en los tríos mejicanos, uno escucha el punteo.... y sabe que está sobrao el hombre.

Yo a Lucho Bermúdez le aprendí mucho de dirección artísti­ca, y cuando él se fue, me dejó a mí en Silver de director artísti­co; él era muy formal conmigo y me tenía en primer lugar para la música parrandera; ya cuando fui director artístico, todo lo que yo escogiera, eso se grababa.

Después de esto, yo me fui pa' 'la finca', al Poblado, me reunía con amigos, cantábamos y parrandeábamos mucho, con parlamentarios y todo; claro que ellos me acogieron no como músico, sino como amigo.

Vega del Río sólo hacía letras, no tocaba ningún instrumento; yo le grabé algunos temas a Arturo Ruiz del Castillo, como MA­RÍA TERESA y EL JARDINERO, porque en LA JALEA, él es sólo autor de la melodía.

En emisoras, yo sólo me presenté en La Voz de Antioquia, en un programa de Guillermo Zuluaga 'Montecristo', con el con­junto LOS PLAYEROS.

Yo actúe en muchos estaderos.... pero no los recuerdo; yo muchas veces ni cobraba, porque me iba para la ‘finca’, al pobla­do, y no volvía a salir; después se me olvidaron las canciones.... y hasta se me olvidó cobrar.

Yo compuse como unas 10 canciones.... una de ellas gustó mucho en Méjico, se llama BESITO CHUPAO, es un paseo muy simple.... pero gustó mucho; y otro que gustó en Méjico fue LA CHAPOLERA, de Arturo Ruiz del Castillo, pero que yo grabé hace mucho tiempo.

¡Que lo oigan a uno!... ¿eso para qué?... lo que interesan son las ventas; y mis discos —durante mucho tiempo—, fueron primeros en ventas.

De Alejandro Sarrazola me acuerdo muy bien, y recuerdo que grabé 4 o 5 discos con él.

Jesús Vanegas y Jairo Gómez —bajista y bongocero—, muchas veces me acompañaron a mí.... pero a toda esa gente jamas la volví a ver.

Yo recuerdo que en el Bar Canadá, nos manteníamos jugan­do billar; yo iba mucho a ese sitio, y allí me encontraba con todos mis amigos músicos, Bedoya, Gildardo —que era cortador, no dueño sino cortador en una carnicería en la plaza de mercado—, Muñoz, Neftalí y muchos otros.

También grabé con Consuelo Pérez. En ese tiempo no se acostumbraba el licor en las grabaciones, y yo todavía no tomaba trago, fuera de que trabajábamos con un señor muy delicado de apellido Ramírez Johns, que era el dueño de la fábrica.

Yo no recuerdo muchas cosas.... y tal vez tendremos que preparar otra entrevista, pues usted me está haciendo ésta en for­ma improvisada.

Alfredo Sadel, tenía un prensadora de discos que se llamaba Sonus; no Sonolux, sino Sonus; y él me llamó de Venezuela, pero a mí nunca me han dejado salir; porque recuerde que cuando yo llegué a Boston me amarraron así... esa fuerza militar.... y todos los conocidos de ahí.... Alfredo Sadel me mandó un carro nuevo, un Volswagen nuevo, para que nos fuéramos a grabar a Vene­zuela.

Para mí, yo creo que todavía toco bien la guitarra.

Cuando yo vivía en Boston, casi no me dejaban salir... por pequeñito; y mucho menos cuando mataron al caudillo Gaitán, que yo apenas tenía tres días de haber llegao de mi pueblo; yo llegué a Medellín... el 6 de abril de 1949... porque yo nací... des­pués de la guerra... y me trajeron a Medellín cuando tenía un año.

Yo grabé con LOS TUMAQUEÑOS un tema que decía:

Que lo diga ella, yo no, que lo diga ella....

Conocí a Carlos Muñoz cuando ensayaba DON PETACA y EL HIJO DE RO SENDA; y también conocí a la señora de él, Lastenia, que era una morenita 'bisojita' ella.

Yo fui amigo del 'Mono' González, el de SATANÁS.... el hijo es un periodista que vive en Aranjuez.

En Sonolux yo conocí a Edmundo Arias, que era un músico regular, pues le faltaba mucho para hacer arreglos buenos; era un hombre como para improvisar; ¿arreglistas que me gustaran?... tal vez Jaime Llano....

¿Luis Uribe?... regular.
¿Iván Uribe?... regular.
¿Guillermo González?... regular también.

¿Juancho Vargas?... ese un poquito más, pero los arreglos no eran muy comerciales; y arreglistas extranjeros me gustaban, Aldemaro Romero, Juan García Esquivel que era maravilloso y del cual yo poseía toda la música, pues la vendía en un almacencito de discos que yo tenía.

Yo grabé durante 12 años y siempre fui artista exclusivo.

Algunas de mis canciones tienen doble sentido.... y algunas sólo fueron regulares.

Muchos tríos —de los que no recuerdo el nombre—, qui­sieron llevarme con ellos para el extranjero, pero yo no me fui.... porque me tenían amarrao, y no me dejaban ir ni los Ospina, ni los Restrepo, ni los Gutiérrez; recuerde que mi padrino se llama­ba Cipriano Gutiérrez, el General.... y ellos no me dejaban salir ­de Medellín.

El ambiente de Medellín en aquellos tiempos era muy bueno, no había violencia ni mataban gente y los cafés eran sabrosos y buenos.

No recuerdo cuánto me pagaban por cada disco, pero eran unas planillas parecidas a las de SAYCO.

Yo grabé mucha música romántica, pero era música pedida en forma particular y yo creo que la mandaban pa’l extranjero, y aquí en Colombia tal vez no circuló; pero lo más importante de mi producción fue eso, y yo sé también que mi música gustó mucho en Méjico, donde a Lucho Bermúdez y su orquesta no los lleva­ban, porque eso era muy costoso.

El nombre que me pusieron de Antonio León, fue para po­der grabar de nuevo en Codiscos, pues Don Alfredo —dueño de la fábrica—, me mandó tres contratos, entonces a mí me dio pena y hablé con el hijo de'l, que tenía un sello llamado Famoso.

—Bueno, yo grabo en Codiscos pero si cambiamos el nom­bre.... vamos a ponerle.... yo soy Leonel Antonio Ospina, vamos a invertirlo.... Antonio León.

Que así fue que grabé LA CUMBIA TRISTE, donde me acompañó con el acordeón el cieguito Fabio Páramo.

También grabé con la orquesta del Maestro Julio García.

Mis más grandes éxitos parranderos fueron, EL JARDINE­RO, MARÍA TERESA, LA JALEA.... y.... YA NACIÓ EL NIÑO, aunque este último fue prohibido por la Curia, dizque para que no sonara en cantinas guayaquileras, porque se trataba de una canción al Niño Dios; y sólo mucho tiempo después fue que se oyó por todas partes, y recuerdo que el arpa ahí es tocada por uno de LOS PARAGUAYOS, y no como cree la gente que fue Delhuyar Orozco, el de CUERDAS QUE LLORAN".


Y Leonel Ospina de nuevo entra en su mundo de olvido, o de no querer recordar; y algo curioso, es que para nada mencio­na su vida sentimental.

4 comentarios:

  1. Muy lamentable la partida del amigo Leonel. Hombre sencillo, puro de corazón y explotado por la industria musical. Vivió y murió casi en la miseria y aún así nunca abandonó su bello oficio que disfrutaba y compartía, con o sin guaro. Casi todos los días lo saludaba en los alrededores de La Playa con El Palo o por la calle de Maracaibo. Desayunaba en alguna de las cafeterías del sector, cuando le permitían ingresar. Disfrutaba de su tabaco (se comía la mitad) y no lo aspiraba. Gran conversador. Algún día conoceremos su verdadera historia, su procedencia familiar que aún es confusa. Descansa en paz, querido amigo. Begow

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    1. Disculpa el mal entendido. Me confirmaron que lo de su muerte fue un falso rumor. Pero aun asi es triste su abandono.

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    2. Si, el rumor fue falso porque lo he visto por las calles de Caldas Antioquia. Pero si es triste su situación de abandono.

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  2. LEONEL OSPINA, “El Resucitado”
    Martes 9 de diciembre de 2014, 8:30 a.m. Cafetería en la Calle de Maracaibo con El Palo.

    MAYORES INFORMES: begow2012@yahoo.com.co

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