Biografía de Gilberto Cano
Don Gilberto Cano reside en el barrio Santamaría No. 1 de
la ciudad de Itagüí; y hasta su casa me llevaron los amigos y grandes
coleccionistas Mauricio Abad y Libardo Yánez.
Don Gilberto Cano es un hombre muy amable, abierto a
la amistad y que da confianza desde el primer instante; además es dicharachero,
contador de anécdotas y buen conversador; artísticamente fue la primera voz de
un grupo que llenó toda una época en la música parrandera, de aquel grupo que
se denominó LOS DIABLOS, y que fue conformado además por: Maximiliano Ardila y
Hernando Mejía.
Don Gilberto Cano en medio de su amabilidad nos decía:
"Yo me llamo Gilberto Cano Blandón, alias
EL DIABLO, y nací en aquella esquinita, aquí en el barrio El Guayabo de la ciudad
de Itagüí; mis padres fueron Lucas Cano y Clara Rosa Blandón, que tuvieron
nueve hijos, donde yo fui el tercero de la cuenta. En mi familia el único
antecedente músico fue una tía—Helena—, hermana de mi papá, que era maestra y
además como que cantaba bien. Se me había olvidao decirle que ya estoy muy
viejito, pues nací el 17 de enero de 1927; y nací en este barrio que se llamaba
El Guayabo, pero después llegó una gente de Caldas, de esos que le cambian el
nombre a un coco, y lo pusieron Santamaría No. 1. A la edad de 11 años entré a
trabajar a Curtimbres Sabaneta, durante cuatro años, pues me había colocado un
cuñado de mi mamá que era administrador de la empresa; yo me ganaba —en ese
entonces— cincuenta centavos diarios, y allá fue donde perdí el dedo pulgar de
la mano derecha; entonces le cogí miedo a todo eso y mejor me fui donde
Bernardo Vásquez a aprender la sastrería.... y de la sastrería viví toda la
vida.
Yo tenía un primo y a mí me gustaba mucho el canto; entonces
le dije al primo, a quien llamábamos Bernardo Patalán y que ya falleció:
—Hombre, a
mí me gusta mucho la música, pero ¿qué hago yo?, que a mí no me entra el
acordeón, no me entra la guitarra, he bregado pero no puedo porque me falta
este dedo.
Entonces mi primo me aconsejó:
—Vea
Gilberto, sea maraquero, que todos los cantantes son maraqueros.
Yo le obedecí, me compré unas maraquitas,
comencé a acompañar cuanta canción oía, hasta que aprendí. Un cierto día —ya
tenía dos años de casado—, me fui a una fiesta —era por ahí el año 1950 —, y me
encontré allí con Maximiliano y Hernando Mejía que estaban animando la fiesta,
y les dije:
—Muchachos,
yo puedo tocar las maracas.
Y cuando
me oyeron tocar me comentaron:
—Hombe,
usté es un verriondo pa' tocar maracas; hombe, ¿por qué no hacemos un conjunto?
—A mí me
gusta mucho la propuesta de ustedes, pero yo solo puedo ensayar sábado y
domingo, porque los otros días me tengo que levantar a las tres de la mañana.
Comenzamos a ensayar, después ya
fuimos a tocar en algunas fiestas; y a la gente le gustaba mucho porque yo era
como muy animao pa' la música, y yo gritaba ¡güepa! y ¡agua! y tal cosa, y la
gente les decía a ellos:
— ¡Qué
maraquero el que consiguieron, hombe!
El conjunto fue cogiendo fama y nos llevaban a
paseos, íbamos a
casas de ricos; yo cantaba música como la de Ortiz Tirado, Bobby Capó o Leo
Marini; pero me la fueron a grabar y mi voz no daba sino pa' música 'guasca' y
en discos Ondina me dijeron:
—Vea
hermano, olvídese de esa música así como finita, y dedíquese a la música
'guasca' y parrandera.
Esto me lo dijo Jaime Rincón. Mi primera grabación fue precisamente
en discos Ondina; recuerdo que me quedé toda la noche grabando el tema LA
CULPABLE, pues yo no sabía medir música, y eso se necesitaba saber medir; yo no
sé cómo me esperaron una noche entera, si la grabación valía millones; fíjese
que yo cantaba y ahí mismo sonada un timbre, botaban el acetato.... y vuelva a
empezar
Tú tienes la culpa mujer que yo viva....
Esa canción ranchera fue la primera, y se llamaba LA CULPABLE;
pero el grabador a las cuatro de la mañana lloraba, y sólo vinimos a terminar
cuando ya estaba de día,
Tú tienes la culpa mujer que yo viva
de noche y de día tomando licor
porque tus desprecios me han roto una herida
y llevo sangrando mi fiel corazón.
Si un día te arrepientes de ser la
culpable
te ruego
no sientas por mí compasión
hoy vivo
borracho vagando en las calles
no olvides
que soy un hombre de honor....
Esa canción fue un éxito, pero también grabamos AMOR
MATERNAL, MOVAMOS LA CADERA, EL DIABLO, EL TIGRE, EL BOTARATA, EL CONEJO, EL
OSO y otras. Posteriormente en discos Fuentes grabamos LA PAPAYA, y LA BRUJA,
que tiene letra mía:
En mi barrio hay una bruja y me tiene todo asustado,
pues pasa tirando chispas por todos los entejados,
agárrenla pues muchachos no la vayan a soltar
a esa
bruja descarada la debemos de quemar,
poneme los
calzoncillos con una manga al revés
y un
poquito de mostaza, y de seguro la coges....
Este tema lo saqué porque Don Rafael, el dueño de
Ondina, nos dijo:
—Hombe,
¿por qué no sacan un número como de brujería?
Maximiliano sacó un tema y yo saqué el mío; Don
Rafael me aceptó el mío, pues le pareció muy original; y es que óigalo y verá:
Mi mujer está aburrida porque me oye
disvariar,
dice que yo tengo cuentas dizque con un animal,
la vieja que me ha agarrao no es una bruja
cualquiera,
pues viene estrenando escoba sin saber lo que le
espera,
Poneme los calzoncillos con una manga al revés
Y un poquito de mostaza, y de seguro la coges....
Como nosotros éramos tan santurrones —en ese
tiempo—, Maximiliano me decía:
—Hombe, a
mí me da una pena hombe, cuando cantamos esa BRUJA y dice que los calzoncillos
al revés; a mí me da mucha vergüenza.
El conjunto de nosotros tenía mucha
fama, y un día Don Rafael Valencia, vio y escuchó cuando estábamos tocando en
una de esas famosas amanecidas, que eran comunes en nosotros; y me dijo a mí:
—Hombe, yo
tengo por ahí unas letras, y yo quiero mostrárselas a ver si ustedes me las
graban.
Yo fui donde Maximiliano y Hernando y les comenté:
—Hombe,
aquel señor que está allí, ¿me estará 'tomando el pelo'? pues dice que tiene
unas letras y que si nosotros las cantamos, él nos lleva a grabar.
Yo nunca había pensao en grabar, yo ni
siquiera me imaginaba qué era grabar, no tenía ni idea de cómo me escucharía
grabando, pues yo sólo cantaba porque me gustaba mucho, y porque parrandiar
era muy sabroso; los tres éramos aguardienteros a morir, pero nosotros con el
grupo le sacábamos jugo a la vida, y nunca habíamos pensao en grabar, ni
tampoco pensábamos en algún día recibir dinero por la música; nosotros
gozábamos cuando nos atendían bien, y sobretodo que la gente estuviera contenta
bailando; recuerdo que los amigos nos llevaban a tocar, nos llenaban esas mesas
de botellas de aguardiente y nosotros nos amanecíamos; fíjese que yo dejé el
trago hace cuatro años porque me estaba degenerando; yo iba pa' degenerao
cuando le pedí a Dios que me sacara de ese infierno, que me ayudara; y si Dios
no me ayuda, todavía estaba bebiendo. Entonces Don Rafael— el de las letras—,
nos dijo:
—Ensayen
estas letras: EL DIABLO y LA CULPABLE.
Pero yo no sabía ni medir y yo no me sentía bien
para grabar EL DIABLO.... ni nada, pues yo no tenía buena medida; entonces lo
cantó Hernando, después lo cantó Maximiliano, y luego lo hice yo un poco más
medido; entonces nos dijeron:
—Ensayen
ustedes dos, Cano y Mejía, y vengan a grabar cuando quieran que nosotros les
grabamos.
Comenzamos a ensayar, hicimos la 'muestra'; y la voz
mía les
gustaba mucho porque era una voz 'aguascada', una voz muy entrona pa'l pueblo;
ellos saben cuando una voz puede ser buena, puesto que ellos en un principio
me lucharon y me aguantaron, y luego yo grabé 120 discos.
El grupo nuestro gustó mucho, pues la gente esperaba el
diciembre para preguntar:
— ¿Qué
música ha salido de LOS DIABLOS?
LA PAPAYA, LA BRUJA, EL TIQUI TIQUI, EL CHOFER ENAMORADO,
EL MICO, EL CONEJO, EL OSO; ¡no!, es que fueron 120 discos, que son 240 letras.
Nosotros tuvimos 15 años de vida artística; Maximiliano
tocaba el acordeón, Hernando tocaba tiple y hacía la segunda voz y yo estaba
de primera voz y tocaba maracas; en las grabaciones nos acompañaba además un hermano
de Maximiliano, que tocaba guitarra y también timbales.
Nosotros sólo nos presentamos en una
emisora, La Voz de las Américas de José Nicholls Vallejo, en un programa
llamado Guasquilandia.
Guillermo Buitrago no influyó en
nuestra música, pues nosotros siempre fuimos originales y no nos parecíamos a
ninguno otro. Maximiliano tenía muchas composiciones, de las que yo recuerdo
ASÍ CANTÓ MI PADRE y TODO UN HOMBRE; Hernando también componía, el hizo
VÍSPERAS DE MADRE.
Mis dos compañeros fueron excelentes y yo no
tengo nada malo para hablar de ellos; cómo le parece a usté, aguantarmen a mí
todas esas borracheras; claro que ellos bebían, pero el más borracho era yo; no
porque estén ya muertos, pero mis dos compañeros ¡fueron muy buenos! Hernando
murió hace dos años de una enfermedad que lo asfixiaba, pero no era un fumador;
y Maximiliano murió de una cosa que les da a los que toman mucho trago.... y
nosotros tomábamos mucho trago. Maximiliano y Hernando eran cuñaos, pues
Hernando era casao con una hermana de Maximiliano, y ambos, me parece que eran
de Armenia Mantequilla, y anote que la mujer de Hernando se llamaba Doña Lilia.
Hombre, a nosotros las casas disqueras no nos pagaron
bien; y le voy a contar la triste historia de lo que pasó:
Nosotros estábamos inocentes y no sabíamos si
eso de la música daba plata o no. Cuando grabamos EL DIABLO, eso se vendió por
toda parte y entonces nos llamó Don Rafael —el de discos Ondina—, nos hizo un
contrato para que le grabáramos otros diez discos, y nos dijo:
—Saquen
letra y música al gusto de ustedes.
Como todos éramos compositores, entonces
sacamos las canciones; pero ese contrato fue baratísimo, pues nosotros no
sabíamos cómo se cobraban
las canciones; entonces allí nos 'arroparon', y nos explotaron durante diez
años; no nos tenían como exclusivos, pero teníamos un contrato que no nos
permitía grabar con otros, pero por esto no nos pagaban nada; en otras partes
la exclusividad la pagaban bien, pero esto no se vio nunca con nosotros; terminaba el contrato y nos decían:
—Vamos a
hacer otro contrato por tantos discos.
Los discos se vendían mucho, pero a nosotros nunca
nos daban nada; vea, con EL DIABLO nada más, debimos haber conseguido plata.
Por esto nosotros nos desilusionamos mucho y después sólo grabamos unos
poquitos discos en Fuentes, donde recuerdo LA PAPAYA,
Hay qué papaya tan buena....
¡Ah!, y
posteriormente tuvimos nuestro propio sello, que se llamaba Unión; claro que
con lo que se movió nuestra música en Ondina—si ellos hubieran sido honrados—,
nosotros seríamos millonarios.
Cada artista tiene su época; y cuando aparecieron LOS CORRALEROS
DE MAJAGUAL, entonces nosotros comenzamos a bajar; pero en el tiempo nuestro,
nosotros éramos los que mandábamos, pa' fiestas, pa' onde los ricos y tal cosa;
ahora, el renombre que nosotros teníamos en los pueblos era aterrador.
Nosotros no grabamos canciones de Vega del Río, ni de
Arturo Ruiz del Castillo, pues nosotros estábamos dedicados a la creación y
nada más. No tuvimos que ver ni con José Muñoz, ni José Bedoya, pues no
grabábamos música de otros grupos o cantantes. La música de nosotros no se
parece a la de los demás; vea, yo no era músico de nada, pero Mejía y Ardila me
formaron, ellos me hicieron al estilo de ellos y no cogíamos otros estilos diferentes.
En la familia de Maximiliano hubo mucho músico; y
una cosa, ningún músico
tocaba el acordeón como él lo tocaba, y eso que le faltaba una mano, que había
perdido trabajando en Curtimbres de Itagüí; yo creo que Maximiliano nació para
eso, y el acordeón que tocaba todavía lo tiene Emilio, uno de sus hermanos.
LOS DIABLOS nunca acompañamos a otros artistas, pues solo
grabábamos lo de nosotros.
Maximiliano compuso ASÍ CANTÓ MI PADRE, y desde que yo
la canté la primera vez, se me ponían los pelos de punta; claro que me salía,
pues mi papá hacía poco que había muerto, ¿entiende?... y ni que la hubiera
sacado pa' mí, porque dice así:
Despierta amor mío y asómate a la reja
y escucha cariñosa lo que voy a cantar
mujer que
te amo mucho, mujer quiero mirarte
asómate un
momento que te quiero hablar.
Así cantó mi padre a la que hoy es mi madre
que en
noches de verano la iba a festejar
al pie de
su ventana con amor le decía
muy pronto
amada mía te llevaré al altar.
Hoy sólo son recuerdos para mi pobre
madre
porque
hace ya mi padre muy solos nos dejó
la muerte traicionera que lo estaba rodeando
del lado
de mi madre a él se lo llevó.
Y así cantó mi padre a la que hoy es
mi madre
que en
noches de verano la iba a festejar
al pie de
su ventana con amor le decía
muy pronto
amada mía te llevaré al altar.
¿Cierto
que es una letra muy verrionda?... ¿cómo le parece que yo se la llevaba de
serenata a mi mamá?, y a mí se me ponían los pelos de punta cada vez que la
cantaba.
Cuando íbamos a grabar, nosotros nos íbamos los tres:
Maximiliano, Hernando y yo, y allá ponían el resto del grupo de cuenta de la
fábrica; no recuerdo quién fue que nos acompañó, pero allá tenían de todo:
guitarristas, bajistas, de todo; ¡ah!, Don Jesús Vanegas nos acompañó en el bajo muchas veces y también Luis Eduardo Gutiérrez.
¿No le
parece mucha gracia a usté, uno grabar todas esas ‘guasquiaítas’, y durar 15
años grabando?
¿Cómo le
parece las carajadas que grabábamos?, hombe.... y se vendían hombe; dizque EL CACHO,
Don Joaquín toque ese cacho
para
llamar a los peones....
Cuando íbamos a grabar EL DIABLO, le decía yo a Hernando y
a Maximiliano:
—Hombe,
¿qué digo yo al comienzo, antes de arrancar la música del DIABLO?
Y entonces se me vino, voy a decir:
¡Hay viene
el diablo viejitas habladoras!
Y yo lo tenía pa' decirlo al comienzo, pero
no me dieron tiempo, pues yo estaba muy 'bisoño', entonces lo dije cuando se
iniciaba la introducción; y pa' que vea, eso gustó.
Alejandro Sarrazola si nos acompañó alguna
vez a nosotros.
También grabamos otra canción que era como continuación
de EL DIABLO y se llamaba LLEGARON LOS DIABLOS:
Aquí llegaron los diablos y vinieron
a barrer,
llevando viejas chismosas a los infiernos a
arder
que se
escondan doña Juana, Tránsito y hasta Jael,
porque si
ellas no se esconden ellos las van a joder....
Hernando Mejía sacó también:
Examine pues doctor y sepa examinar....
Claro que ésta no la querían sacar dizque
porque era muy vulgar, que era una ofensa pa' la misión de los doctores, y que
nos les convenía eso porque era un descrédito, pues dice:
Me siento bastante enferma, tráigame
mijo el doctor,
pa' que'l cuerpo
me examine y me mande pa'l dolor,
es que 's
una cucaracha, tiene barbas como el grillo,
sobe que
sobe doctor hasta que se me deshinche....
Y que era vulgar, porque como esos doctores se las
saben todas, entonces la prohibieron.... y que era una vulgaridá. A nosotros
la Curia nos molestaba por cualquier carajada, y a éstos de hoy en día que
dicen 'hijuetantas' en todas las canciones, a éstos no les dicen nada; en
realidad nosotros no fuimos vulgares, sino que cogíamos la cosa con doble
sentido; ¿qué vulgar va ser decir, que la cucaracha tiene barbas como el
grillo?; pero era la gente la que se imaginaba otra cosa y decían:
— ¡Ah!,
esos DIABLOS tan vulgares.
El artista de música parrandera que yo más admiré
en ese tiempo, era José A. Bedoya.
Estando yo de 14 o 15 años, escuché otra canción que también
se llamaba EL DIABLO, no sé de quién era, pero se trataba de un diablo muy
distinto.
A mí me gustaba la música fina, pero estos dos
compañeros me volvieron 'guasca'; yo era muy gomoso por todos los cantantes
finos y las óperas, yo iba a ver las Compañías que se presentaban en el Teatro
Bolívar.... pero la voz no me dio pa' eso,
Esas perlas que tú guardas con cuidado
En tan
lindo estuche de peluche rojo
Me
provocan nena linda en loco antojo
Y besarlas
beso a beso enamorado
Quiero
verlas como chocan con tu risa....
A mí me gustaba toda esa música, pero Hernando y Maximiliano
me volvieron 'guasca'.
Los cantantes consagrados del país y que
grababan en otras casas disqueras, a nosotros nos miraban como 'rata
aplastada', y decían:
—Cantan
muy mal, pero venden mucho.
A nosotros nos hicieron mucha propaganda, y son tan
descarados en Ondina, que decían que nos pagaban poquito, dizque porque la
propaganda también valía.
Cuando nosotros grabamos, era con la botella de
aguardiente ahí, porque de lo contrario no era bueno.
Una vez nos llevaron a una finca de unos mafiosos, y
amanecimos; y resulta que yo en el repertorio tenía muchas canciones de esas
que cantaba EL DUETO DE ANTAÑO: FLORES DEL PASADO, LAS ACACIAS, y muchas otras;
tocamos hasta las cuatro música de baile, pero como a esa hora ya la gente
estaba cansada, yo me puse a cantar toda esa música fría, despertó toda esa
gente y se subieron otra vez los ánimos; porque es que la música es buena o
mala, según el momento.
Yo era como el más travieso de los tres, era el
que le hacía meter la pata a todos ellos; una vez estábamos tocando en
Sabaneta, y ellos tenían que venir a coger turno a Curtimbres a las cuatro o
cinco de la mañana, pero resulta que el río Medellín estaba crecido, y nosotros
estábamos de 'cachacos' —yo estaba estrenando uno zapaticos ese día—; entonces
por no dar la vuelta por Envigado, yo dije:
—Hombe,
atravesémonos por aquí; y si se muere uno, pues nos morimos todos; cojámonos en
cadena.
Iban a ser las cuatro de la mañana, yo
me metí adelante, pero todos íbamos en cadena; ese río en el pecho, y yo todavía
no me explico cómo pasamos.... travieso que era uno.
En esta entrevista recuerdo una canción que
dice:
Estoy con mi dolor como los viejos
contando historias de mejores días....
Ahora vivo muy bueno sin tornar trago, pues me
hastiaron todas esas parrandas; incluso LOS DIABLOS se acabaron, porque yo me
retiré cuando
me di cuenta que tanta borrachera me estaba perjudicando; yo hablé con ellos y
les dije que consiguieran otro cantante.
— ¿Pero
cómo nos vas a perjudicar?
— Es que
si no me retiro, el perjudicado soy yo.
Entonces, después que yo salí, ellos se fueron
desorientando, hasta que se acabó todo, en el año 84 aproximadamente".
que historia mas hermosa gracias por dejarnos esa musica que no morira nunca con el recuerdo de nuestra niñes
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