Biografía Luis Eduardo Gutiérrez
Cada que hablaba con algún cantante o compositor de la
música parrandera, y preguntaba por los bajistas que los habían acompañado o
interpretado sus obras, todos decían:
—Yo
trabajé con: Jesús Vanegas y Luis Eduardo Gutiérrez.
Ya tenía referencias de Don Jesús, pero no conocía plenamente
quién era Don Luis Eduardo Gutiérrez; hasta que un día me dijo Miguel Montoya
"el Ratón":
—Yo lo
llevo donde él.
Concretó la cita, y ese día estábamos los dos, tocando la
puerta de una residencia sencilla, pero con una pulcritud que recuerda las viviendas de nuestros viejos abuelos;
residencia donde uno adivina que es una casa de muchos nietos, y donde Don
Eduardo y su querida esposa —Doña Isaura Zapata Agudelo—, son los abuelos. En el
fondo de la casa hay un gran solar, con sembrados varios, y en su zona derecha
existe una pieza donde funciona un taller de ebanistería que tiene Don Eduardo,
destinado a la reparación de todo tipo de instrumentos musicales de madera,
pero de preferencia, instrumentos de cuerda.
Don Eduardo tiene la placidez y la amabilidad de
nuestros abuelos; es un hombre que está convencido de que lo hecho en su
vida, estuvo bien hecho; Don Eduardo cuando da su mano, trasmite la calidez
que brinda la amistad; es un hombre de una sencillez insuperable, y al saludarlo
da la sensación de que con él se tiene una antigua relación; con mucha razón,
todos los músicos tienen de él la mejor opinión; y uno de ellos me decía y
seguramente sin equivocarse:
— ¡Ese
señor es una personota!
Y cuando entablamos la conversación, esto
me contó:
"Yo nací en Supía (Caldas) en 1921. Mi papá
llamaba Manuel Antonio Gutiérrez y mi mamá María del Carmen Ramírez; eran unos
viejitos muy queridos, pero directamente del campo; yo nací en una casita de
paja y bahareque, en una vereda llamada La Miel; en la casa fuimos 5 hermanos y
3 hermanas, de los cuales yo era el tercero, 'el patojo'.
A mi papá le gustaba 'surrunguiar' el tiple, y mi abuelito
arreglaba instrumentos, también tocaba pero sólo a nivel de amigos y
familiares, y todo dentro de la misma vereda; yo creo que a mí la música me
llegó por herencia de ellos dos, y por eso cuando tenía 8 años me dio por
fabricar un violincito, que lo hice de cualquier manera, pero lo hice;
posteriormente una tía mía se murió y ella tenía un tiple, entonces me lo
vendieron a mí por 50 centavos; me agarro yo a tocar ese tiple a toda hora, mi
papá me enseñó algunos tonitos, y yo no podía ver que alguno estaba tocando,
porque hay mismo estaba yo 'rendijiando' a ver cómo tocaba; y así me aprendí
todos los tonos, viendo cómo ponían los dedos; incluso yo me sabía los tonos, pero
ni siquiera sabía cómo se llamaban.
Un día estaba tocando mi tiple con unos amigos que
tenían guitarras, y me dije:
—Qué bueno
aprender a tocar guitarra.
Ellos me enseñaron el tono LA, y por ahí me fui
yendo, hasta que también toqué guitarra; yo practicaba solo, en la vereda.
Mi papá me consiguió un requintico, que era parecido a un:
tiple, pero chiquitico; éste tenía encordao de bandola y me puse aprender.... y
también aprendí; o sea que en aquel tiempo, ya tocaba guitarra, tiple y
bandola; pero yo todavía estaba muy chiquito.
En 1937, mi papá compra una finca en otra vereda
que llama La Torre, ya muy cercana al pueblo; yo trabajaba la agricultura,
pero 'surrunguiaba' el tiple por la noche, pues dos hermanos míos —Manuel
Antonio y Carlos Emilio—, también aprendieron a tocar, y formamos un trío; era
una especie de estudiantinita: guitarra, tiple y requinto; nos llamaban LOS
HERMANOS GUTIÉRREZ y tocábamos gratis.... o de pronto nos daban cualquier peso,
o dos.
En 1942 yo vine a pasiar y a conocer a Medellín, que me
pareció muy bueno; y en el 44 nos vinimos mi hermano Antonio y yo, y aquí en
Medellín comenzamos a luchar la vida; yo había aprendido un poco de carros, entonces
reparábamos carros y con eso nos defendíamos; en ese entonces vivíamos por el
barrio del Corazón de Jesús, y nos hicimos amigos de un señor Roberto, que
tenía una grabadora, y a quien nos había recomendao un amigo de él—que era
músico de Mascheroni—y nos había oído cantar; Don Roberto nos hizo un acetato,
grabamos dos canciones y nos cobró 10 pesos por el trabajo; ya nos podíamos oír
nosotros y en ese tiempo Don Ciro Vega era el encargao de ciertos artistas para
la R C. A. Víctor; yo le mostré el disco y nos dijo:
—Esto yo
lo grabo, esto está muy bueno.
Pero por asuntos de política nacional, el disquito no se
pudo grabar; entonces él nos envió donde Don Alfredo Diez, al edificio Roca; y
a este señor también le gustó el disquito, que se llama INDIFERENTE:
Tú te muestras indiferente
con el ser
que te ha querido
que no te
ha dado motivo
para que
pagues así su amor....
Éste
salió, y en la etiqueta del disco aparecía LOS HERMANOS GUTIÉRREZ; así que no
grabamos en la Víctor, pero estuvimos en las puertas de la Víctor.
Don Alfredo montó una nueva empresa a la que llamó
Zeida, que no es otra cosa que A. Diez, pero al revés; él nos llamó y nosotros
le grabamos una canción que cantaba un tiplero de la vereda, a dúo con mi papá;
¡esa canción qué se iba a conocer!... entonces nosotros la pusimos HASTÍO y la
grabamos con el reverso de DOLOR PROFUNDO:
Mañana cuando las flores
saluden al nuevo día,
las aves
con su armonía
te vengan a despertar....
Este fue el primer disco que nosotros hicimos para
Zeida, y fue el primer disco que sacó Zeida.
ME VOY LEJOS, era una canción muy
antigua que interpretaban LAS HERMANAS PADILLA; Don Alfredo la quería grabar,
pero Don Antonio Botero, el de Sonolux, también lo quería hacer; entonces
hicieron una apuesta a ver quién la conseguía primero; le preguntaron a todos
los duetos de Medellín y ninguno conocía ese número; y nosotros cantábamos eso
desde que estábamos en la finca. Un día me dice Don Antonio Botero:
—Hombe,
¿ustedes no saben una canción que dice?:
Me voy
lejos pero siempre recordándote....?
—De pronto
la tenemos Don Antonio, yo hablo con mi hermano.
Voy donde mi hermano —claro que nosotros no sabíamos lo
de la apuesta— y le comento:
—Don
Antonio quiere que le grabemos ME VOY LEJOS, esa que te parece a vos tan 'guasca'.
Al otro día, nos la grabaron inmediatamente en La Voz de
Medellín.
—Don
Antonio, ¿y cuál es el reverso? —Pónganle lo que ustedes quieran.
¡Claro!, a
él no le interesaba sino ME VOY LEJOS; y le pusimos de reverso LA TRAICIONERA,
canción que pertenecía a uno de nuestros hermanos menores. Ese ME VOY LEJOS ¡fue
un 'garrote'; eso se vendió por todas partes y ya nos llamábamos LOS TROVADORES
DE LA VEGA, pues éramos de la Vega de Supía. Entonces un día nos manda a llamar
Don Alfredo; fuimos los dos y cuando llegamos al ascensor del edificio, él
venía detrás y se subió al ascensor con nosotros; él siempre nos trataba como
LOS LUISES, y dice:
—Estos
LUISES güevones.
— ¿Qué le pasó Don Alfredo?
-¿Cómo se les ocurre llevarle ME VOY LEJOS a Don Antonio
Botero?
— ¡Ah!, él
nos llamó y nos dijo que si teníamos eso.
—Hombe, ¿y
por qué no me lo mostraron a mí?
—Pues
porque usté nunca nos dijo nada.
Entonces ahí nos contó, sobre la famosa
apuesta que tenían; y nos hizo firmar un contrato por un año, que ahí fue
cuando grabamos LÁGRIMAS LLORO.
Posteriormente hicimos exclusividad con discos
Fuentes, hasta que mi hermano decide irse a vivir a los Estados Unidos; entonces
yo le enseño a
cantar a mi señora, y hago un dueto con mi señora llamado LAS AMERICAS; y ¿por
qué LAS AMERICAS?, pues porque tenía cierta similitud con las voces del
CONJUNTO AMERICA; y el primer tema que grabamos fue CORAZÓN DESTROZADO, en el
sello Ondina.
En cierta oportunidad se le dañó un bajo
al difunto Edmundo Arias; como yo he reparado instrumentos, entonces yo se lo
arreglé; me lo dejó un poco de días en mi casa, y yo viendo ese bajo ahí, me
puse a practicar.... y así fue como me convertí en bajista.
En el almacén de discos de Don Otoniel
Cardona, yo conocí a: José Bedoya, Neftalí Álvarez, Agustín Bedoya y otros; nos
hicimos amigos y me llamaron para que fuera el bajista del conjunto que ellos
tenían; recuerdo que el primer disco que les acompañé fue en un contrabajo de
esos grandes de tres cuerdas; yo les acompañé con el bajo muchísimos números,
pero no recuerdo los nombre de ellos; a LOS RELICARIOS también les acompañé
bastante.
José A. Bedoya siempre fue un hombre muy formal, muy
amable, muy sencillo y nunca demostraba superioridad en nada; como guitarrista
¡era un puntero muy sabroso!; José A. siempre puntiaba sus números.... y
algunos de Agustín.
No es que yo fuera una figura; pero en aquel tiempo
la gente me tenía confianza y por eso casi todos me llamaban para que los acompañara
en el bajo.
Jaime Rincón había escogido pa' Ondina, un
tema que cantaban unos muchachos de Itagüí, y que precisamente se llamaban LOS
DIABLOS; y me dicen:
—Luis
Eduardo, hoy vamos a grabar.
Comenzamos la grabación a las 8 de la noche, y llegaron
1, las 2 y las 3, y nosotros sin poder hacer ese disco; pues estos muchachos
eran muy desmedidos, ignoraban la medida; entonces JAIME se aburrió y se iba a
ir, pero yo le dije:
—No
hombre, no te podes ir, ese número está muy comercial.
Entonces yo cogí a estos muchachos y los preparé
en un rato, y le dije a Jaime:
—Arranque
pues a ver.
Y efectivamente eso salió como un tiro, y fue el
'garrotazo' del año; nada menos que EL DIABLO, que se vendió en todo el mundo.
Yo era muy famoso tocando el bajo; cuando Rómulo
Caicedo llegó de Bogotá, yo fui el primero que lo acompañó. No grabé con la
orquesta de Edmundo Arias, pero él me buscaba mucho para trabajos particulares;
lo que pasa es que ya casi no me acuerdo de eso.
Yo fui bajista de Olimpo Cárdenas en las grabaciones de
Sonolux, y también acompañé a Julio Jaramillo; yo tenía un contrato con
Sonolux, de exclusividad, para tocar instrumentos: guitarra, bandola, bajo,
tiple, en fin.... y entonces casi que acompañaba a todo el que venía de otra
parte; es que yo trabajé 17 años allá escogiendo música y encargao de la
supervisión de grabaciones; yo era quien decía:
— Este
disco está bien, o, vamos a repetir tal parte.
Yo no voy a hablar de las disqueras, porque no me
consta, pero siempre se hablaba de que nunca liquidaban lo que se vendía; lo que
sí es cierto, es que de pronto una canción se oía por todas partes, y cuando le
liquidaban a uno, como que se había oído un poquitico menos.
Para grabar, a uno le agradan más los
compañeros que tienen ritmo, y tienen buena medida; por ejemplo, uno grabar
con una cantante como María Alba, es muy difícil, porque es una vocalista muy
desmedida.
Yo he compuesto algo de música, pero no hago letras; por
ejemplo, cuando teníamos la estudiantina Luis Eduardo Gutiérrez, lo primero que
grabamos fueron dos instrumentales míos, llamados AMANECIENDO y ESMERALDA.
El ambiente musical de Medellín en los años 50's
era una belleza, eso era una locura; y en ese tiempo la música de carrilera
cogió mucha fuerza.
Grabar con el conjunto de José A.
Bedoya, era un dicha, todos muy medidos, y ahí no había ninguna dificultad;
incluso grabábamos 3, 4 ó 5 números en un rato y eso era una maravilla; le
cuento que José nunca se atravesaba y en el punteo era muy perfecto; ¡ahora
esos acompañantes!, él los mantenía 'al pelo', mejor dicho.
En SAYCO siempre le liquidan a uno algunos pesitos
ahi; siempre le dan a uno cualquier cosita.
Además de mi persona —como bajista—, en la música
parrandera, también estaba Don Jesús Vanegas; claro que él es posterior a mí, y
tenía un guitarrón grande que yo había arreglado para bajo, y él me lo había
comprao.
En el tiempo grande de la música
parrandera, fuera de José A. Bedoya, también puntiaban sabroso Arcesio Salazar
y Miguel Ángel Nova.
Todos los discos que grabó Luis Carlos Jaramillo fueron
conmigo en el bajo.... pues cuñao mío que era. En ese tiempo el conjunto se
llamaba LOS FIESTEROS y en él estaban: Carlos Trejos con la trompeta, el
difunto Ramón Paniagua, y también Alejandro Sarrazola en la guacharaca y la
animación.
¿Usted se
acuerda de un bandido que se llamaba Caryl Chessman?, ¿un bandido que fue muy
famoso?; pues nosotros —mi esposa y yo, el dueto LAS AMERICAS—, grabamos EL
CORRIDO DE CARYL CHESSMAN, y eso fue un 'palo' muy tremendo, con música mía y
letra de Alfonso Muriel, quien llegó un día a mi casa y me dijo:
—Hombe
Luis Eduardo, ponele música a esto, que tenemos que grabarlo mañana, o pasado
mañana a más tardar.
Caryl Chessman el hombre sentenciado
a morir en la cámara de gas...,
Yo conozco todas las notas de 'pe' a 'peapa', pero
no me considero un lector.
Toco: tiple, guitarra, bandola, requinto, bajo,
guitarrón, vihuela,
y a todo le hago un poquito; en este momento estoy dedicado al guitarrón,
instrumento que toco en el mariachi Mazatlán.
ALMA NEGRA, bolero que interpreta Gabriel Raymon, es
con arreglos míos; pero además de arreglos musicales, yo también arreglo guitarras,
guitarrones, etc. y estoy a la orden pa' todo el que quiera venir.
Mi esposa es compositora de una canción
parrandera que se llama LA NOVIA EXIGENTE, y que está grabada en discos
Victoria, cantando ella con Albeiro Abreu:
Ayer le dije a mi novia ya nos podemos casar,
¿qué'speramos
en la vida? nos debemos de juntar,
y escuche
mi gran amigo lo que le voy a contar,
pues yo
soy muy jornalero y me hizo desinflar.
Y la novia responde:
Yo si me caso contigo y es con una condición
con buen techo pa' mi abrigo, que tengas carro y avión,
la casa
bien amoblada, radiola y televisor....
Yo estoy en la música desde 1949 y tengo muchas
cosas para contar; nosotros como dueto LAS AMERICAS tenemos muchísimas
grabaciones, porque durante largos años fuimos exclusivos de: Fuentes,
Codiscos y Sonolux.... y fuera de lo que grabamos aparte. En este momento
nosotros tenemos una canción inédita muy bonita, con música mía y que se llama
LA PALOMA DE LA PAZ; no ha habido quién la grabe, pero es alusiva a lo que
está sucediendo en nuestro país,
Hablando de la paz hacen la guerra
los hermanos que mandan en la tierra,
se olvidan que dando se recibe
y éste es el mal que ahora se percibe....".
Excelentes discos Esmeralda y Amaneciendo de don Luis Eduardo. Mi tia en Ipiales lo tenía en disco de 45 RPM y siempre lo colocábamos en fin de año.
ResponderEliminarActualmente los tengo digitalizados en MP3 y lo colocó en el radio del carro y en el computador de la casa. Lo tengo hasta en el celular y lo escucho cada vez que puedo.