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jueves, 27 de enero de 2011

NICOLÁS MUÑOZ



Biografía de Nicolás Muñoz

Cuando inicié este trabajo, a la amable representante de SAYCO en esta ciudad —señora Gloria Madrid—, se le ocurrió la idea de que en él debía incluir a alguno de los nuevos valores en la música parrandera, y sobre todo, para que se mostrara que ésta no se ha quedado anclada, que hay intérpretes nuevos que quieren tomar el mando en estas lides, y que aunque no tienen la fuerza de otros tiempos, entre la juventud actual todavía hay mú­sicos que cultivan este genero y con ellos, por lo menos, se con­serva el espíritu musical tradicional parrandero antioqueño.

Doña Gloria me hizo el contacto telefónico con el cantante, guitarrista y compositor Nicolás Muñoz; este señor, que es todo amabilidad, inmediatamente aceptó verse conmigo al día siguiente en las oficinas de SAYCO. Cuando me lo presentaron, recordé inmediatamente aquellos paisas que yo traté —hace muchos años—, cuando era estudiante de bachillerato en la querida po­blación de Sonsón; de esos paisas que ya casi no hay. Nicolás Muñoz es un hombre que desde que te da la mano te dice cómo es: abierto, sincero, amigo, amplio y con una sonrisa franca a flor de labio, es el hombre que disfruta de la vida, que tiene paz interior, y que fue capaz de abandonar su tienda, para venirse a platicar conmigo sobre estos temas:

"Yo nací en Pueblo Rico, departamento de Antioquia; noso­tros en la casa fuimos 9 hermanos, 5 hombres y 4 mujeres, hijos de Horacio de Jesús Muñoz y Ana Débora Velásquez. Mi infan­cia en el pueblo fue normal, pues allí hice la educación primaria, y después en Jericó terminé el bachillerato en 1982. Siendo muy niño ya me gustaba la música parrandera, pues mis hermanos siem­pre sintonizaban en la radio un programa que se llamaba "Maña­nitas Campesinas", que a mí me tocaba oírlo y rápidamente me fue gustando; éste pasaba por una emisora llamada Tansmisora Los Andes, de la ciudad de Andes, y en él sonaba la 'carrilera', la trova y la música parrandera, que fue por la que más me entró la goma.

Yo nací en 1958 y soy el 'limpiapiedras' de la familia, soy el menor; mis hermanos mayores gustaban de la música y cuando yo tenía 11 años, uno de ellos se compró una guitarra con el fin de aprender a tocarla, y como no fue capaz, entonces me la vendió a mí

Yo toco requinto eléctrico, güiro y piano.

Para componer yo tengo muchos elementos, pero el princi­pal de todos es la mujer; y a pesar de que compongo es música 'picante', uno siempre incluye la mujer ahí, mejor dicho, para mí la mujer es elemento indispensable para componer.

Mi primera grabación fue un tema de mi autoría llamado LA GRIPA. Yo aun no era mayor de edad, tenía como 16 o 17 años. Este tema fue grabado para DISCOS GLORIA por allá alrededor del año 1975 pero nunca fue publicado.

En cierta oportunidad participé en un concurso llamado Ca­rrusel de Aficionados, organizado por la Voz del Suroeste de Jericó; el ganador de este concurso tenía derecho a grabar un disco sencillo de 45 R.P.M., y afortunadamente yo salí ganador; el director de este espacio radial era Avelino Gutiérrez, quien me dijo que a la casa grabadora llevara seis temas, para ver si me escogían dos; entonces traje las seis canciones y con tan buena suerte que me las escogió todas seis, el señor Jesús Estrada de discos Atalaya que fue quien creyó en mí por primera vez; re­cuerdo que llegué aquí a Medellín un viernes, inmediatamente él escuchó las obras me dijo:

—Esto lo vamos a grabar el próximo lunes a las 8:30 de la mañana.

Una suerte linda; yo estaba muy emocionado y casino dor­mí esas tres noches; los títulos de esas piezas no se me han olvi­dado nunca; LA CAZUELA DE MI NOVIA, VOY A PARRANDIAR, EL DIA QUE ME CASÉ, LAS TROVAS DEL CAZADOR, ENCARCELARON AL ARRUINADO y VA­MOS AL BAILE; en la grabación me acompañó el conjunto LOS ALEGRES DEL CAUCA, formado por José Rendón, César Rendón, Pompilio y otros muchachos. Esto fue en 1976.

Después de estas grabaciones yo regresé al pueblo y seguí estudiando común y corriente; al año siguiente me llamó José Castañeda de discos Gloria y grabé dos temas que se llaman, LOS APODOS DE MI PUEBLO y EL NEGOCIO DE MARI­NA, ambos de mi autoría, y es bueno anotar que en el primero me refiero exclusivamente a todos los apodos que le han puesto a gente de mi pueblo natal y que yo pacientemente recopilé. En esta empresa grabé durante cuatro años consecutivos y siempre me acompañaron LOS ALEGRES DEL CAUCA, conjunto natural de Puente Iglesias, vereda de Jericó, y como viven a orillas del río Cauca, de ahí viene su nombre.

Yo había iniciado grabaciones en 1976 y después de éstas que hice con discos Gloria, me quedé como 2 o 3 años sin volver a grabar, sobre todo porque tenía mucho qué estudiar y en la casa me echaban bastante cantaleta, no me apoyaban y sólo me de­cían que estaba haciendo carrera de merendero; incluso el mismo Rector del colegio—cuando me veía por ahí tocando guitarra—, me conversaba:

—Vea Nicolás, dediqúese al estudio, y no vaya a parar como fulano de tal, que es un merendero que vive cantando en las cantinas.

Yo de todas maneras eché pa' delante pues eso era lo que me gustaba a mí, y yo era feliz cantando.... así fuera para los borrachos.

Posteriormente (año 1985) me llamaron Manlio Bedoya y Gabriel Raymon, para que les grabara cuatro temas, y entonces les hice EL TENDERO SORDO, LA REPARTIDORA, EL PROFESOR LUNA y SALÍ DE LA CANA, que se hicieron para discos Ondina, sello que ellos manejaban; aquí me acompañan Ricardo González y otros músicos que llamaron de la fabrica, pero que se denominaron NICOLÁS MUÑOZ Y SU CONJUNTO.

Más adelante comenzó Antonio Lozada con un programa llamado "Éxitos de Parranda", por Radio Visión de Caracol, y en ese año pegó mucho mi canción EL TENDERO SORDO; en­tonces Toño Lozada me llamó y me dijo que quería —para el próximo año—, hacer un L.P., pero conmigo solamente, enton­ces en 1987 sacamos un larga duración llamado EL TROVADOR PICAN­TE, con 12 temas escogidos entre ambos.

Posteriormente estuve 8 años como artista exclusivo de dis­cos Fuentes, hasta el año pasado (1998) que me llamó el señor Darío Gómez para un contrato de un año, y entonces grabé en discos Dago, MAMÁ ME LO DIJO y ACOSO SEXUAL, y ahí va­mos; en estas grabaciones también me acompaña Ricardo González y una serie de músicos muy profesionales con los que se hizo una producción supremamente buena.

Ricardo González es un excelente músico, que lleva aproxi­madamente 15 años acompañándome.

Hasta el momento (año 1999) tengo 68 canciones grabadas, de las cua­les 54 son de mi propia autoría, pero también tengo algunas in­éditas, pues no todo lo que uno produce se lo aceptan en las fabricas; fíjese que muchas veces se llevan 10 piezas y le graban 2 o 3; una vez por ejemplo, llevé un número que yo tengo, EL DES­FILE DE ANIMALES que es muy popular, se lo llevé a un señor de los productores de aquí y me dijo:

—No hermano, eso no me gusta.

Entonces me fui a tocar puertas, lo grabé, y como el señor tiene almacén de discos, un tiempo después me decía:

—Yo de música parrandera ¡si no sé es nada!, vea este dis­co suyo cómo se está vendiendo.

Es que esos directores artísticos —como dice usted— se equivocan muchas veces.

EL DESFILE DE ANIMALES, fue un sueño real que yo tuve, pues en ese tiempo había un programa de trovas en Trans­misora los Andes, y allá estaban trovando, EL TIGRE DEL CE­RRO, EL CONEJO, LA PALOMA MENSAJERA y otros; en­tonces se fueron a casar en la vida real, EL TIGRE DEL CERRO y LA PALOMA MENSAJERA, y yo era uno de los invitados, pero esa noche me cogió una fiebre la más verrionda y no pude ir al casorio; yo esa noche me la pasé soñando a causa de la fiebre alta, pero soñé con puros animales, que la tortuga tocaba la bate­ría, que cada otro animal tocaba algún instrumento, y desperté a las 5 de la mañana, cogí papel y lápiz, y salió la canción.

En mi repertorio hay piezas que se han vuelto clásicas, temas que en toda presentación debo repetirlos dos o tres veces como, LA SALIDA DE ANIMALES, EL TENDERO SORDO, LA VIDA CAPRICHOSA, EL HOMBRE DE BUENAS y EL ALA.

Yo siempre he admirado mucho a Joaquín Bedoya y Güdardo Montoya, y yo me fui por esa línea, claro que sin copiarle nada a ellos, pero sí los he admirado mucho.

Además de Guillermo Buitrago, en la música parrandera tu­vieron que ver las trovas y los trovadores, pues en las fondas la gente se ponía a trovar, y de ahí salieron muchas obras.

Con mi conjunto yo trabajo todos los fines de semana, y dígame ¿dónde no he estao?; llevo 15 años trabajando de lleno en la música, en estaderos, pueblos, coliseos, etc. y además de música parrandera también hacemos 'carrilera'; incluso cuando estaba muy de moda Pedrito Fernández grabé dos canciones de ese estilo tituladas NO QUIERO SER GAMÍN y ESTOY ENA­MORADO.

Cuando yo compuse LOS APODOS DE MI PUEBLO y se grabó y se oyó, días después fui como siempre de visita a Pueblo Rico, y uno de los señores del lugar me llamó y me dijo:

—Ve, te felicito por ese tema hombe, está muy bien com­puesto.

Y lo hizo sonar ahí, en una cantina y todos me felicitaron; cuando llegó otro y me dice:

—Vea Nicolás, ¿a usté le parece muy bonito meter a mi mamá en esos hijueputas enredos?

Y sacó una peinilla de 22 pulgadas y tuve que salir de allí corriendo; y todo por un versito que dice así:

'La Pólvora 'y 'la Currunga'
 'la Cacha 'y 'la Cola Anchada'
 'la Máquina 'y 'la Machaca'
ya las llevan remolcadas....

Y es que a la mamá de él la llamaban 'la Pólvora'.

Para mí, la música me la han pagado bien, y tengo mucho qué agradecerle a la música, he grabado bastante y disfruto mu­cho las presentaciones, porque la música la llevo en las venas; para mí todo esto ha sido bien pago y diariamente le doy gracias a Dios que me dio este talento, y muchas veces no es la satisfac­ción económica, sino lo que se siente cuando uno ve el público bien alegre; una vez por ejemplo, yo fui a actuar en el estadero Tierra Antioqueña, y vi un tipo por allá en una mesa, frío, aburri­do; pero cuando terminé la presentación me llamó y me dijo:

—Nicolás, le agradezco mucho por darnos tanta alegría; yo llegué aquí con problemas, lo escuché a usted, y vea, ya estoy contento, muchas gracias Nicolás.

Y para mí el mejor pago son los aplausos y las palabras que le dice el público a uno.

Con mi conjunto yo he actuado en Bogotá, Cartagena, Barranquilla, en Peque, en Santa Marta, en Muzo (Boyacá), y en varias poblaciones del territorio nacional; y le cuento que en la costa, esta música parrandera, la reciben mejor que los paisas, ¡yo me quedé totalmente admirado!

En cierta oportunidad nos tocó actuar en un pequeño pueblito llamado Tapartó, el escenario fue levantado casi al frente de la casa cural, y el espectáculo era para todo el pueblo; tocamos casi hasta las 3 de la mañana y la población estuvo muy contenta; al otro día —antes de regresarnos—, me encuentro al Cura Párro­co, quien me pregunta:

— ¿Usted es Nicolás Muñoz?

—Sí padre, a sus órdenes.

— ¡Ah!, ¿usted fue el que no dejó dormir anoche, cantando esa mano de vulgaridades?

—No padre, eso es una música de doble sentido, que cada uno la toma como quiere, y además yo no la hago con el ánimo de ofender a nadie.

Y se me arrima y me dice pasito:

—Ve, lo que pasa es que yo necesito cuatro casetes de los que vos vendes, porque a mi familia la enloquecen todas esas vulgaridades.

Cuando yo me pongo a escuchar música, no hay como la colombiana, y siento mucho a GARZÓN Y COLLAZOS cuan­do cantan EL PESCADOR o LA SOMBRERERA, me encanta la música colombiana; y sentarse en una sala con tiple y guitarra a cantar canciones colombianas, es algo maravilloso.

He admirado bastante a Tony Aguilar, Vicente Fernández, Claudia de Colombia, Fausto y muchos más.

Mi conjunto es un quinteto donde tenemos: organeta, bajo eléctrico, requinto eléctrico, cuatro, guacharaca, maracas, requinto acústico y batería; y usted dirá que por qué tantos instrumentos si es un quinteto, pero lo que pasa es que todos tocamos 2 o 3 instrumentos, y así la música se hace muy variada.

El guitarrista con que a mí más me ha gustado grabar y tocar —lo reitero—se llama Ricardo González, sobre todo porque es un hombre que trabaja sin envidia, pues graba un tema conmigo, y lo hace como si la obra fuera de él; además me invita a su casa para hacer los ensayos, cuando hay muchos que cobran por los ensayos; en resumen, Ricardo es una calidad y le ha puesto mu­cho interés a las canciones que me ha acompañado; claro que yo también tengo muy buenas relaciones con Agustín Bedoya, José Muñoz, Joaquín Bedoya y Neftalí Álvarez, con quienes he graba­do, me ayudan en los arreglos, le ponen todo el empeño y tampo­co cargan ninguna envidia, son gente extraordinaria y con mucha experiencia.

No he tenido el grato placer de conocer a José A. Bedoya.

Los coros en muchos discos me los han hecho José Muñoz, Agustín Bedoya y Joaquín Bedoya, pues Neftalí está un poco retirao, y dedicao a un almacén de discos.

José Muñoz es quien me ha dado muchos consejos, pues yo antes le jalaba mucho a la copa —si tres días trabajaba, eran tres días que bebía—, entonces José me contó sobre su antiguo pro­blema alcohólico, me enseñó que eso no conduce a nada, y gra­cias a él, ya todo ha mejorado; cuando salimos a trabajar juntos, él no se toma un solo trago, y yo, casi estoy haciendo lo mismo; le agradezco mucho a José Muñoz en este sentido.

El licor y las mujeres acabaron con muchas figuras de la mú­sica parrandera; claro que’l licor uno lo maneja; pero a esas otras.... ¿quién las maneja?

Las casas disqueras me han tratado muy bien, y de ellas vivo muy agradecido; y tal vez la remuneración no sea tan buena, pero ellas le hacen mucha publicidad al artista y eso va en beneficio de uno; cuando yo trabajé con mi grupo en Muzo (Boyacá), llegué allá y el ambiente era como si estuviera aquí, me pedían todas mis canciones, me conocían, me saludaban y todo gracias a la pro­moción que hace la disquera.
En la nueva generación de la música parrandera se encuen­tra El Manicomio de Vargasvil, John Jarro Pérez, pero creo que ellos se han apartado un poco de la línea tradicional; y está bien innovar, pero no cambiar totalmente.

José Muñoz es una persona sencilla, amable, buen músico y como compañero es extraordinario.

Para mí, toda persona es importante; y una de las claves de mi éxito, es que he tratado de ser amable con toda la gente y prestarle atención a las personas porque todas son valiosas; a toda parte donde me llaman voy, le doy la mano a todos, así sea un gamín, y desde que no me falten al respeto yo trato de ser formal con todas las personas.

En estos días en una presentación, había un señor muy bo­rracho, y me cogía y me abrazaba, entonces el dueño del estable­cimiento me lo fue a quitar, y yo le dije:

—No hermano, ¡déjelo!, que es un admirador mío.

Pues al otro día, ese señor que estaba borracho fue a bus­carme.

—Hermano, lo necesito pa' una primera comunión, ¿cuánto me cobra?, hagamos un contrato, ¿y cuánto le doy anticipado?

Tengo mucha fe en el futuro de la música parrandera, y yo particularmente tengo muy buenos proyectos. Actualmente yo poseo un sello llamado discos N.N., y ya he hecho varios discos de cuenta mía; en proyecto para este año también está sacar un C.D. y un video.

Llevo 22 años en la música parrandera y espero grabar una buena cantidad de temas inéditos que tengo, y que estoy seguro van a pegar.

Yo estoy muy agradecido con el actual Gobernador de Antioquia Alberto Builes, pues el año pasado (1998) hizo algo muy gran­de por la música parrandera, un espectáculo en la plaza Marco Fidel Suárez de Bello, donde nos dieron una difusión muy buena, pues hubo transmisión en Teleantioquia.

De los pueblos que yo he visitado con mi grupo, donde más gusta la música parrandera son, Caramanta y Fredonia; en Fredonia —por ejemplo—, yo iba a actuar en un estadero, y ese mismo día también actuaba en otro estadero, una de las grandes orquestas de Medelín; al dueño del negocio le entró un poco de miedo:
—Nicolás, ¿por qué no aplazamos la presentación de uste­des hombe?

— ¡No!, yo no puedo aplazar porque tengo todo el resto del mes contratado, y no puedo venir en otra época.

De todas maneras iniciamos a tocar y para sorpresa de to­dos hubo un lleno total, aunque estábamos compitiendo con una de las grandes orquestas paisas.

Yo tengo muy buena amistad con toda la gente de la radio, y hasta ahora, todas las emisoras que tienen programas de música parrandera, siempre me han apoyado, Ondas de la Montaña, Radio Paisa, Radio Bolivariana, Radio Nutibara, Radio Q, La Emisora de la Policía, Radio Tiempo y Estrella Estéreo.

Posiblemente en épocas anteriores a los músicos parranderos se les miraba despectivamente, pero ahora no es así, pues noso­tros actuamos mano a mano con cualquier orquesta, y ellos —con mucha frecuencia—, disfrutan con nuestros temas de do­ble sentido y la pasamos maravillosamente.

El festival parrandero que hubo en Bello, organizado por la Gobernación, tuvo la colaboración del Maestro Héctor Ochoa; y el Gobernador Builes—que es de Bello— es un acérrimo seguidor de la música de parranda.


En las presentaciones yo canto las melodías tal como está grabadas, y no acostumbro a acomodarles palabras de grueso calibre; hay grupos que sí lo hacen, pero yo no lo acostumbro"

3 comentarios:

  1. Son los mejores .los conozco de cerca fui novia de willian tejada tocaba el bajo no se si aun está con el grupo

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  2. Son los mejores .los conozco de cerca fui novia de willian tejada tocaba el bajo no se si aun está con el grupo

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  3. La emisora se llama transmisora surandes de todelar

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