Biografía de Valedor Ramírez
Para mí, hacer una presentación de Valedor Ramírez es algo
muy sencillo, simplemente porque Valedor es mi amigo.
Recuerdo que hace algún tiempo, el compositor Arturo
Zuluaga me dijo:
—Alberto,
vení vamos al Astor —sala de té de la carrera Junín de Medellín—, que te voy a
presentar un amigo que escucha tus programas radiales y quiere conocerte.
Cuando llegamos al umbral del salón
principal del Astor; en el fondo de éste, solo en una mesa, se encontraba un
hombre moreno, casi negro, aparentemente muy serio, concentrado en la lectura
de un libro, y que tomaba café; después de saludarnos me dijo:
—Mucho
gusto, Valedor Ramírez.
Cuando iniciamos la conversación me di
cuenta de que no era tan serio, y que por el contrario, era un hombre lleno de
humor, de anécdotas y de historias, hombre con una memoria prodigiosa —a
pesar de su edad—, y lo mejor que tiene su memoria es que es digna de
credibilidad, porque Valedor no dice nada que no pueda confirmar. Con el tiempo
además, encontré en él al hombre sincero que te da la mano con gusto, que te
quiere cuando sos su amigo, y que te ignora cuando no lo sos; Valedor es
amistad sincera, desinteresada, es un caballero, educado, convencido de la
justicia divina, no fuma, no toma licor, no trasnocha, es vegetariano,
ordenado y nunca incumple una cita; Valedor tiene fe en 'los de arriba",
es compositor, fue cantante de cartel, fue bohemio y bebedor, pero ahora
—aunque es un poco caprichoso—, es ejemplo de vida, de armonía, de gusto por
las cosas, de fe, de amistad y de amor por la existencia.
Y éstas fueron algunas de las cosas que me contó mi amigo
Valedor Ramírez:
'Yo soy hijo de Marcial Ramírez y
Josefa Robles; nací en un pueblo de la república mejicana, llamado Tecuala,
estado Nayarit —el más pequeño.
A mi padre —colombiano—, le dio por mostrarle
a mi madre —mejicana—, su tierra, donde él había nacido y criado, al lado de
sus 17 hermanos; y le decía a mi madre:
—Vamos, para
que veas Josefa, cómo es mi tierra, para que veas que uno va caminando y de
pronto se tropieza, y saltan las pepitas de oro.
Mi madre no quería venir, pero tanto va el cántaro
al agua hasta que se tostó; entonces.... pa' Colombia.... todos.
Yo no sé al viejito por qué se le ocurrió, y en lugar de
salir de Mazatlán —donde vivíamos—, por el Pacífico, para llegar a Buenaventura
que era su tierra, el hombre hizo la travesía con su familia, y salimos por el
Atlántico; el buque se llamaba El Atlántida, y a mitad de camino dice el
capitán:
—A causa
de una falla técnica, nos toca arribar a Cuba.
Llegamos allá, nos hicieron esperar un
determinado tiempo y se les ocurre a mis hermanas:
—Papá, ¡esta
islita es muy linda!, ¿por qué no vamos a conocer algo?
Nos fuimos a conocer la isla, y cuando regresamos,
nos llevamos la sorpresa de que'l buque se había ido. Nos quedamos en La Habana
tres meses, y de ahí pasamos a Santiago de Cuba; yo tenía 7 años, y en ese país
vivimos otros 7. En Cuba pasaron cosas muy lindas, como por ejemplo, que allí
casi soy cura, pues estuve como tres meses en el Seminario de la Caridad del
Cobre.
Cuando habían pasado los 7 años y yo ya
tenía 14, dice el viejito:
—Ahora sí,
vamonos pa' Colombia.
Y tomamos otro buque que llamaba Calamares y era de
la Flota Blanca; llegamos a Panamá y mipapá en lugar de pasar por el Canal para
llegar a su tierra, cogió otra vez por el Atlántico, y llegamos a Cartagena, y
de ahí a Barranquilla, que fue donde este humilde paladín quedó a discreción de
la vida.
Mi madre cantaba muy lindo y mi padre tocaba
guitarra, pero no quería que yo aprendiera nada de eso; como en aquel
tiempo era el auge de aquellas películas de Tito Guizar, Lorenzo Barcelata,
entonces mi madre me decía:
—Vamos a
ver las películas de nuestros paisanos.
Yo veía cómo esos tipos cogían la guitarra y eso me
parecía tan lindo, que dio pie para que se me metiera ese virus de la música.
Estuve en la Unión Musical con el Maestro
Alejandro Barranco —director de la Banda Municipal de Barranquilla y también
el director de dicha Unión Musical—; allí tuve mis inicios y me salió lo de
cantar; entonces le enseñé algo de lo que había aprendido de guitarra, al amigo
Julio César Aragón, y formamos el dueto LOS TROVADORES MALAGUEÑOS, intérpretes
de pura música mejicana.
La Voz de Barranquilla —primera emisora que hubo en
Colombia—, fue comprada por mi padrino Rafael Roncallo, y con la Voz de la
Víctor, hizo las Emisoras Unidas; y ahí es cuando mienza Domingo pa'rriba y Domingo
pa'bajo, hasta que me dice mi padrino:
—Eso no
suena bien.... no suena bien eso de que está cantando Domingo Ramírez (mi
nombre de pila), no.... no.... vamos a buscarte un nombre más bonito, un nombre
que suene bien.... cuate?... no sirve; ¿cuatezón?... no, tampoco sirve.
Hasta que un día me dijo:
—Ya
conseguí lo que necesitaba, te vas a llamar.... Valedor Ramírez.
— ¿Valedor
Ramírez?
Y ahí nació Valedor Ramírez; y ¿qué es Valedor?, Valedor
en Méjico es lo mismo que para ustedes acá, algo así como benefactor.
— ¡Éste es
mi Valedor!
En 1945, estando en uno de los ensayos que hacíamos en
Emisoras Unidas, Moncho Zamudio —pianista—, me pidió que si los acompañaba a
Medellín, que les había resultado un contrato; yo le dije que no podía debido a
mis obligaciones y a un tallercito de hojalatería que no podía descuidar.
— ¡Vamos
Valedor, vamos!, y nos estamos allá siquiera un mes.
Yo al fin acepté, y me dijo:
—Comenzamos
a ensayar desde mañana.... y tú vas a ser el cantante de boleros, pues la
música bailable, la va interpretar el Loco Rivas.
Entonces quedamos:
Lucho Torres, batería.
Eusebio
Cuadros, bongóes.
Moncho Zamudio, piano.
Valedor Ramírez, guitarra y canto.
Y estando acá en Medellín llamamos a Arturo
Barragán como trompetista; el grupo se llamaba LOS TROPICANOS. Después de un
tiempo en esta ciudad, ellos se comienzan a repatriar, y yo quedo a instancias
del Maestro Nicolás Torres, pues el cantante de música caliente de su orquesta,
era caleño y se iba; entonces entré yo a tocar una clase de música en la que no
era muy ducho, la caliente; y me dice el Maestro Nicolás:
—Valedor,
¿se sabe EL MENEÍTO?, ¿se sabe QUÉ JELENGUE?, ¿sabe porros?
—Pues
ensayemos Maestro.... y usted es quien define.
Yo como que le caí en gracia al primer saxofón—José
Pérez Pérez—, que era uno de los que tomaba la decisión; me pasaron todo el
repertorio en una especie de block y me dijeron:
—Debes
aprenderte esto, porque en el Club Unión o en el Nutibara, no te la puedes
pasar leyendo.
Con mucha paciencia de ellos, montamos mucha música cubana,
y dice Pérez Pérez:
—Usted es
de una raza que lleva el fuego por dentro, así que cuando esté en el micrófono,
vea qué va hacer.
Comenzó —con tanta bondad de Dios—, en ese momento, mi
verdadera carrera como cantante de música caliente; ese grupo se llamaba la
ORQUESTA TROPICAL de Nicolás Torres. A raíz de esto me conoció 'Millito', quien
me dijo:
—Hombre,
cómo me gustaría que usted fuera con nosotros a cantar al Bosque, que Abel
Arenas el cantante, se nos va a retirar.
—Maestro,
si yo les sirvo, con mucho gusto.
Como yo era muy 'moniconguito' pa' molestar.... esa
era la voluntad de Dios; esta agrupación se llamaba LOS ASES DEL RITMO
dirigida por Millo Velásquez, que no sé por qué se unió a la orquesta del Pollo
Salazar, y de ahí salió la verdadera ORQUESTA RÍTMICA, con la que tocábamos en
el estadero El Campín
—propiedad de Don Luis Gómez T.—, donde iba gente muy 'galleta', y estaba
ubicado en la carretera a Santa Elena.
Después Pablo Emilio Becerra, 'El Cabezón ', que Dios me
lo tenga muy bien, me dijo:
—Valedor,
¿no te gustaría estar en la orquesta de Pietro Mascheroni?
— ¡Claro
compañero!, eso para mí sería un alto honor.
Entonces ingresé a la orquesta de La Voz de
Medellín, que dirigía este maestro italiano, y allí estuve hasta que me entró
una locura; resulta que la cadena Kresto en aquel tiempo, traía a todos mis
paisanos mejicanos y los ponía a actuar por todo el país, y cometí la torpeza
de alebrestarme yo también y dejé la orquesta dizque por salirme de gira; claro
que me fue muy bien en mi gira.... pero me quedé sin orquesta.
Cuando llegué a Cali se me presentó un
contratiempo, porque ese tango que lleva letra y música mía y que se llama
CARTA BRAVA, me lo habían discutido aduciendo que yo me lo había robado;
entonces envié el disco y después todos me pidieron excusas, pues lo único
igual al otro CARTA BRAVA.... era el título.
Yo grabé 12 tangos, de ellos, dos eran de José Barros; CARTA
BRAVA fue un tango hecho a causa de una vivencia propia; igual sucedió con
CRUEL DESILUSIÓN, que es otro tango vivido.
Luego en Barranquilla grabé canciones de Rafael Mejía,
Manuel Pacheco, José Barros e incluso algunos de Crescencio Salcedo; allí por
ejemplo hice EL COMPAE CHIPUCO, donde estoy acompañado por Juancho Esquivel y
su Orquesta, pues todas las grabaciones bailables que yo hice en Barranquilla,
las hice con esta agrupación; y las rancheras, corridos y tangos grabados
allí, son con el conjunto del alemán Gunter Witts.
Regreso a Medellín y me dice 'El Gato', que era un
gran trompetista:
—Valedor,
¿no te gustaría ir al Valle?, fíjate que allí está Tiberio Hernández y
necesitamos un cantante.
Y me fui con ellos, pero allá me volví
a encontrar con Nicolás Torres, que era el pianista de la orquesta de Luis
Rovira, que tocaba en el Club San Fernando:
—
¿Qué haces por acá hijo?
—Ando en
esto, esto, esto....
—Tan
pronto termines te vienes para'cá.
Y con ellos duré casi tres años; ésta era una
orquesta gigante, y grabamos, pero las grabaciones yo nunca las escuché.
Me cansé de estar en Cali y volví a caer a Medellín:
—Mi sitio
es acá.
Entonces entré a Sonolux por gestión del Doctor
Javier Peláez, y mi oficio era acompañar distintas cosas, casi que todo lo que
se grabara allá. Conocí a Luis Uribe Bueno, estalló la cosa con Edmundo.... y
una cosa, es que yo le debo mucho a Hernán Restrepo Duque, porque todo lo que
allí me grabaron a mí, se lo debo a Hernán, y a Edmundo Arias que para mí fue
un ángel de la guarda.
También hice grabaciones para Silver, y luego me contrató
un inglés que era socio de Alberto Toro, el de La Voz de Antioquia, para que le
hiciera varias grabaciones con letra y música del 'Grillo' Antonio Posada,
pero con la tendencia a no decir que eran de él, sino de Anatolia Correa —madre
de Posada—; y esto debía ser así porque al 'Grillo' lo tenían vetado y no sé
por qué diablos; entonces esto que hacíamos era a sabiendas de Antonio.
Uno de mis amigos queridos fue Lito Paniagua, quien
me había oído
cantar muchas veces en La Voz de Antioquia y La Voz de Medellín, y cierto día
me dijo:
—Valedor,
el 'Mono' González quiere que le grabes MÁNDEME AGUINALDO y LA SUEGRA, pero
quiere que le pongan algo como distinto, que no suene tan antioqueño, sino
como con algo de costeño; vaya pa' que hable con Don Antonio Botero.
Fui al almacén de Don Antonio, que se llamaba
Radial; allí me presentaron al 'Mono' González y afortunadamente caímos en gracia los dos; él me enseñó la letra y la música
de MÁNDEME AGUINALDO; aquí no se grababa en ese tiempo sino en La Voz de Antioquia
y La Voz de Medellín, y esos acetatos iban para los Estados Unidos y de allá,
después de procesarlos, enviaban los discos; cómo sería el golpe que dio esta
canción, que ahí mismo me llamó el 'Mono' para que le grabara LA SUEGRA, y
también se la grabé con arreglos de Lito Paniagua; los músicos que me
acompañaron estas dos canciones fueron, Julio Burgos saxofonista, Panamá gran
saxofonista tenor, el Pollo en la batería, el 'Mono' González en el coro y Lito
Paniagua en la guitarra; y después de esto, el negro Valedor fue quedándose....
quedándose.... quedándose aquí.... hasta que se quedó.
ME VA A DEJAR CON LA GANA es un tema que figura de
Anatolia Correa, pero en realidad es de su hijo Antonio Posada.
Canciones mías por el lado de Silver son: CUQUI,
CON CALUCHO, VIAJE A LA LUNA, UN COHETE SUPER ESPACIAL. ... y otras que no
recuerdo.
EL DIAGNOSTICO MEDICO Y LEGAL, ESQUIZOFRENOSTOMIA y POLIAGRICULTESTANUBIA
VEGETAL son temas que yo hice en ese tiempo, pero que hoy ni siquiera tengo los
discos.
Mi trabajo principal en Sonolux, era como editor de
los elepés; pero a
veces me llamaba el maestro Uribe.
—Valedor,
allí hace falta un elemento pa' que toque las maracas.
Y yo dejaba mi trabajo y tocaba las maracas o
cualquier otro instrumento, bien fuera guacharaca, triángulo, o
también hacia coro. En cierta ocasión estaba grabando Agustín.... o José
Bedoya, no me acuerdo; entonces me buscaron para que tocara la guacharaca;
ellos la tocan a lo paisa, y yo la tocaba como los costeños y ellos me decían:
—No
Valedor, tócala de esta otra manera.
—
¡No!, yo no voy a causarles ningún perjuicio aquí,
yo no la sé tocar así.
Y al fin no recuerdo como se arregló el
problema, pero ese incidente sí lo hubo. Después José Bedoya me dijo que si
tenía algún tema para grabar, y fue cuando me grabó el bolero TE EQUIVOCAS, y
juntos cantamos la guaracha, música y letra mías NO ME IMPORTAS NA.
Joaquín Mora, el bandoneonista, un día me dijo:
—Valedor,
necesito un par de boleros para que los cante Mary Ramia.
Y ahí fue cuando ella me grabó el bolero, NO.
Otros cantantes que grabaron mis canciones fueron,
Consuelo Pérez, Raúl
López, LAS TRIGUEÑITAS, LAS RANCHERITAS, ELIZABETH Y MARUJA, Lucía Herrón,
Amparito Jiménez, Leo Gallo, Orlando Marión, Antonio González, Rómulo Caicedo,
Leonel Ospina, Vicente Villa, Rafico Restrepo, Nelson Martínez, LOS PADRINOS y
el TRÍO COLOMBIA.
MÁNDEME AGUINALDO fue grabado en 1948, 49, y era una
canción maliciosa en ese tiempo; recuerdo que estaba en toda su plenitud el
barrio Lovaina, y allá sucedió algo con mi gran amigo el trombonista Arsenio
Montes; pues resulta que después de que terminábamos de tocar en algún club,
nos íbamos a beber; y en ese momento todos los traganíqueles de Lovaina, tocaban
y volvían a tocar MÁNDEME AGUINALDO; dos mesas más allá de la nuestra había un
par de tipos discutiendo.
—Fíjate
cómo canta de bien ese barranquillero, qué voz tan fresca.
—
¿Cuál barranquillero?
—Luis
Carlos Meyer.
—Ese no es
Luis Carlos Meyer.
— ¿Cuánto
apostas a que es Meyer?
—Apuesto
toda la cuenta de esta noche a que no es Meyer.
Llamaron al cantinero:
—Nos hace
el favor y nos baja ese disco del piano, para ver quién gana una apuesta que
tenemos aquí
El cantinero trajo el disco que decía,
MÁNDEME AGUINALDO, del 'Mono' González, canta Valedor Ramírez; y dice el que
aseguraba que era Meyer:
—
¡Hijueputa!, ¿cómo puede ser que'ste cante así?
Montes y yo nos reímos, mientras él me decía:
—Valedor,
es mejor que no sepa que sos vos el que lo cantas.
Los dos éxitos máximos míos como cantante fueron MÁNDEME
AGUINALDO, y PLENA ESPAÑOLA con la orquesta de Julio Burgos.
Con Edmundo Arias, grabé muchas cosas cantándolas yo, o
cantándomelas Leonel Ospina, Raúl López, Rómulo Caicedo o Consuelo Pérez; es
que cuando en Sonolux estaban Hernán Restrepo Duquey Edmundo Arias, era el gran
auge mío.
El 'Mono' González puede ser considerado como el
pionero de la música parrandera, y creo algo más; que fue quien hizo entrar en
la música y la radio toda la jocosidad que ahora se lleva a efecto; claro que
sin la vulgaridad actual.
Los músicos de aquel tiempo nos reuníamos en El Escorial,
el bar Canadá o en El Costurero, pues así llamábamos al bar Londres; allí precisamente
fue donde conocí aquellos conjuntos de LOS VARGAS, Tiberio Hernández, al Zarco
Bedoya, al Mono González trompetista, Arturito Villa, Antonio Salazar
(baterista de Mascheroni), mejor dicho, en esos sitios nos reuníamos todos.
Entre los buenos punteros de aquel tiempo estaban
Pildorita Ramírez, Manuel Suescún, Arcesio Salazar y Angelito David el ecuatoriano;
también fue muy bueno Leonel Ospina.
En Medellín, hace muchos años, yo me encontré con el
barranquillero Hernán Córdoba y el cartagenero Pibe Castillo, y formamos lo que
se llamó EL TRÍO INTERNACIONAL.
LOS ASES DEL RITMO, que tocábamos en
El Bosque —hoy Jardín Botánico—, éramos:
Yo reemplacé como cantante a Abel Arenas.
Saxofón, Arturo Castrillón a quien le decíamos 'Pior es
Nada'.
Trompeta, el Zarco Bedoya.
Bajo, Millito Velásquez.
Baterista, el negrito Pastor Góngora.
Y otros; ahí tocábamos desde las 11 del día
hasta la 1, porque era para la gente de alta sociedad; y era sabido que de la
1 en adelante llegaban todas las mantecas.
Con la orquesta de Pietro Mascheroni yo tenía dos
programas; uno los sábados, que se llamaba TÚMBALE EL RABO A PERICO, y otro
era USTED PIDE Y CRUZ REGALA; recuerdo que en esta orquesta el primer violín
era Joseph Matza, que trajo a los checos, Casayuna, Harvane y Pijard, y también
tenía la orquesta un bajista como de dos metros de alto e igualmente checo; en
el chelo estaba Jorge Marín Vieco; también el 'Mono' Gómez y su esposa Margot
Levy que era alemana y violinista; Manuel Molina; Pamaná y Julio Burgos en los
saxos; Gerardo y Camilo Bedoya en las trompetas; en trombón José Escobar....
mejor dicho era una orquestona a toda máquina, donde el baterista era el Pollo
Salazar y en las maracas y en el canto.... estaba este humilde paladín; ¡ah!,
y en los bongoes estaba un muchacho al que le decíamos Pomadita; ¿y sabe quién
estaba en el piano?, el boyacense Camargo Spolidore; era una orquesta a todo
dar, pa' que sepa usted, y con esa orquesta acompañamos a Bobby Capó.... y a
toda esa gente que trajo la cadena Kresto.
Yo me retiro de la orquesta de R.C.N., y la gira que
he mencionado la hago es con Caracol; cuando a los años regreso a Medellín, me dedico
es a enseñar, a dictar clases pa'rriba y pa'bajo, pero eso sí, componiendo.
La orquesta de Edmundo Arias era sólo de
grabación y lo mismo la de Camargo Spolidore, León Cardona, Iván Uribe, Juancho
Vargas, sólo se reunían para hacer algunas grabaciones; la única que de verdad
existía era la maravillosa Sonolux, que fue fundada por Don Guillermo de Bedout
—el Ronco—, Presidente de Sonolux.
Don Antonio Botero, Rafael Acosta y Alfredo Diez,
formaron el primer Sonolux y grabábamos en La Voz de Medellín, porque en ese tiempo
no había fábricas, sino que se grababa en la emisora, se enviaba a Estados
Unidos y de allá venían los discos; de esa manera grabé yo, MÁNDEME AGUINALDO y
LA SUEGRA.
Todas mis composiciones me han dado satisfacciones,
porque todas son hijas mías.
Yo he hecho muchos tangos, valses, corridos, música
bailable, en fin, pero tengo bastantes canciones inéditas.
Yo cantaba boleros, rancheras y toda la música
bonita de ese tiempo, pero sólo me contrataban por la música caliente:
Por las calles de Tamalameque
dicen que sale una llorona loca
que corre por aquí, que corre por allá
con un
tabaco prendido en la boca....
El cubano es buena gente desde que nace hasta que se
muere, es noble, es caritativo, le ayuda a usted; o si no vea a amigos como
Armando Cartaya o Pedro Echemendía, Rene Valdez.... todos son gente linda.
Un día mi papá le arregló el reloj de la iglesia a un
sacerdote de nombre Eustaquio, y éste le dijo:
—
¿Usted no tiene un muchacho por ahí entre 7 u 8
años, que de pronto le guste aprender a decir la misa?
Así fue como pasé 7 años de acólito.
Cuando yo viví en Cuba, estaba en todo su
apogeo Don Miguel Matamoros, pues corría el año 1929 y yo apenas tenía 7 años. Todo lo que sea música rítmica, salió de ahí,
de esa isla.... de Cuba; ¡ese es un país muy lindo y yo lo añoro!, y los cuatro
años que yo hice de estudio, los hice allá en el colegio del Teatro Juan Bosco.
Fue mi mamá quien convenció a mi papá de que
me dejara estudiar música, pues él quería que yo fuera cualquiera otra cosa,
pero menos músico; y cuando se convenció de que yo servía pa' la música, me
regaló una guitarra.... una guitarra que yo cabía en ella; y se puso a
enseñarme, hasta que un día me dijo:
—Hasta
aquí hijo, puedo yo enseñarte.
Entonces me matriculó en la Unión Musical de
Barranquilla.
Yo fui un borracho alcoholizao, pero arrasao, y sólo me
faltó pasar el licor con grillos, o con gusanos mojojoy; yo me fumaba cuatro
paquetes de cigarrillos diarios.... y dejé todo eso de tacada.
Yo vivía en el Hotel Rosedal —segundo piso del Almacén
Caravana—, que pertenecía a Don Tito Cárdenas; yo sacaba la guitarra y me ponía
a cantar.... y él sacaba la botella.
Alex Tobar era loco, vivió en un hotelito en el parque de
Bolívar, y no se le daba nada salir a las 6 de la mañana, en calzoncillos, por
todo el parque.
En el antiguo Medellín, todos los músicos éramos
bebedores.
Rómulo Caicedo es mi compadre y yo lo llamo Romualdo,
y a él le compuse una canción que titula ÓYEME ROMUALDO".
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