Biografía de Dario Montoya
Darío Montoya ha sido un personaje polifacético: poeta,
declamador, hombre de radio, musicólogo, cantante, bohemio, amigo y hermano
de una leyenda llamada Gildardo Montoya.
Darío tiene una memoria prodigiosa, y cuando de música
bailable antigua se trata, este hombre saca todo su repertorio, y a uno sólo le
queda sentarse a escucharlo; es muy hábil en cuanto a las fechas y ninguna se
le olvida; además, cuanto informa lo sostiene, y tiene una cualidad —que para
muchos es un defecto— y que posiblemente le ha acarreado problemas en su vida
social y de radio: Darío Montoya es muy sincero; y si necesita decirle a usted
algo que no le gusta, con seguridad que Darío se lo dice. Como crítico musical,
este hombre a veces es duro, y nunca traga entero; como Vargas Vila, es maravilloso alabando, pero aterrador
criticando.
Darío no hace alarde de su música, pero es un acérrimo
defensor de la de su hermano muerto accidentalmente; y este hombre profesa
veneración por Gildardo.
Poéticamente es conocido como Óscar Sutero, y cuando
declama, sólo dice sus poemas, nunca los de otros; Darío es un bohemio que ama
la vida y considero que es el hombre que más conoce la música parrandera en
nuestro medio, y por eso sus opiniones en este trabajo, me parecen muy
interesantes.
Cuando lo requerí, inmediatamente vino hasta mi
casa, y amablemente esto me informó:
"Yo nací el 23 de agosto de 1945 en
Támesis (Antioquia), en una vereda llamada Palermo, en el mismo sitio donde
nació mi hermano Gildardo. Del pueblo me trajeron a los 5 años de edad, y
cuando llegué a Medellín estudié en la escuela Lídice, con el maestro Camilo
García, que era el profesor de música y solfeo; en la escuela había un
patiecito, que cuando llovía se convertía en un barrizal inmenso; nos ponían a todos
a cantar el Himno Nacional, y Camilo salía y le acercaba el oído a la gente, y
al que creía que tenía buena voz, le tocaba el hombro para que saliera adelante;
a mí siempre me tocaba el hombro y me decía:
—Salga
adelante.
Ananías Rodríguez fue uno de los profesores míos;
después pase a la preparatoria Simón Rodríguez, que dirigía Don Antonio
Valderrama y que también quedaba en el barrio Aranjuez, que era donde vivíamos.
Desde que yo estaba estudiando me dediqué a la
poesía, me puse a hacer poemitas bonitos, corticos y como me quedaba mucho
tiempo, enviaba carticas a las emisoras para participar en programas de radio;
en ese tiempo mis poetas preferidos eran —y siguen siendo—: Julio Flórez,
Rafael Pombo que me encanta, un poeta tolimense Diego Fallón, Ricardo Nieto el
autor do LOS LIBROS, y algunos otros.
Yo empecé a componer mis poemas y a 'fregar', y recuerdo que
mandaba trabajos para un programa que se llamaba SELECCIONES, de Octavio Tobón
Latorre alias Tínguaro; yo cada 8 días me ganaba discos por concursar, y como
Octavio era tan simpático, decía:
— ¡Ve!,
los mismos de siempre; ¿será que a nosotros no nos ye nadie, o que?
Y cada 8 días nos daban unos discos de 78
RP.M. del sello Silver o Peerles; 'Tavito' de tanto verme, un día me dijo:
— ¿Vos es
que no estudias hombe? —Yo sí estudio en la Lídice.
—Entonces,
¿por qué no me acompañas a La Voz de Antioquia a llevar estos libros y estos
discos?
Ya me hice amigo de' Tavito', y entonces en la
emisora me presentó a Jaime Trespalacios, a Montecristo y otros.
—Este
pelao es el que me carga los libros a mí; manda cartas a todos mis programas y
cada 8 días gana discos.
Entonces 'Tavito' me dio margen para que yo
escribiera en el programa de él, y como yo escribía poemitas más o menos bonitos,
entonces me dije:
—Yo no voy
a seguir escribiendo con el nombre de Darío Montoya, ni por el diablo; eso no
llama la atención como poeta, Darío Montoya no dice nada.
Y me puse a pensar como dos horas en la casa....
— ¡Óscar
Sutero!, me voy a llamar Óscar Sutero.
Y me surgió así no más, no viene de ninguna
parte, no fue copiado de nada y es un nombre musical y bonito.
Yo tenía permiso de 'Tavito' de traer poemas los martes y
los jueves, y 'Tavito' los leía en su programa; pero uno de esos jueves me
encontré a Don José Nicholls Vallejo en la puerta de la emisora, quien con su
voz así como amanerada me dijo:
—Óscar,
vení un momentico.
—A sus
órdenes Don José.
— ¿Cierto
que vos le traes poemas a 'Tavito' pa' que te los lea en el programa?; y ¿quién
te dijo que 'Tavito' leía bien? , si ese hombre tiene una voz muy fea; ¿por qué
no los lee usté mismo?, no sea bobito, yo que soy el dueño de la emisora le
doy permiso.
Le dije a 'Tavito' y me contestó:
— ¡Ah!,
entonces declámelos usté.
Y seguí declamando yo, y la gente decía:
— ¡Qué
poemas tan lindos!, ¡qué poemas tan hermosos!
Ese programa lo tuve yo como 10 años, EL
POEMA DE LA TARDE, por La Voz de las Américas.
En 1980 me inicié como compositor y la primera
obra que yo hice se llama LA CANCIÓN DE LAS ESTRELLAS; ya había muerto Gildardo
Montoya, y la gente me decía:
—Deje esos
poemas y componga música hombe.
—Yo qué
voy a saber de eso.
—Vea, haga
de cuenta que es un poema, deje de hablar de estrellas, luceros y muchachas de
ojos zarcos y hable de la vida cara y cosas así, y verá que puede pegar.
Yo entonces saqué LA CANCIÓN DE LAS ESTRELLAS, la
grabé a palo seco y se la llevé a Miguel Ángel Nova, que era el director
artístico de discos Victoria; yo creía que me la iban a grabar, pues yo era
hermano de Gildardo Montoya, y además era poeta; yo en la casa les dije:
—Esto me
lo graban, por la sombra de Gildardo.
Pero cuando Nova escuchó los tres primeros compases, se
rió y me dijo:
— ¡Avemaria!...
eso no sirve hombe.
— ¿No está buena?
—Vea
hombe, ¿sabe qué le aconsejo yo?, escuche más música de su hermano, póngale
sabor, porque esto no sirve.
Yo salí de allá, y por el alma de mi madre, que yo no me
puse a llorar en esa puerta de discos Victoria, porque me dio pena, pero en el
bus de Guayabal, me vine llorando:
— ¡Qué
fracaso tan 'verraco'!
Yo llegué a mi casa y me dice una hermana.
— ¡Qui'ubo!,
¿vos por qué venís llorando?
Le conté, y después pasé casi toda la noche en un silencio
aterrador.... llorando en silencio:
— ¡Yo pa'
qué me dedico a eso!
Pero a los poquitos días hable con Darío Valenzuela
—aquel que tuvo el accidente con Gildardo—, quien me dijo:
— ¿Y no te
la grabó?
—No me la grabó.
—Traeme
ese numerito yo lo miro.
Él era
grabador en Codiscos y le llevé el número; en ese tiempo el director artístico
de esta empresa era Luis Carlos Montoya, que es el arreglista del conjunto LOS
ÉXITOS; y efectivamente a los 8 o 15 días me llamó Darío y me dijo:
—Te van a
grabar el disquito; y ¿sabes quién te lo va a grabar?, un tipo que está
cantando música parrandera muy buena y se llama Darío Gómez.
A los 5 días me volvió a llamar:
—Darío, se
acaba de grabar tu tema.
— ¡Ah!,
muy bueno hombe.
—Si querés
venite hombe güevón pa' que lo escuchés aquí en la cinta.
Ahí mismo me fui y lo escuchamos en la voz de Darío
Gómez:
Es un enjambre de estrellas
la Navidad en Colombia
porque sus noches tan bellas
lucen su traje de novia.
Entre cánticos y flores
se despide
ya noviembre
y en un
mar de mil colores
saluda el
mes de diciembre.
Y como diciembre llega
vestido con trajes bellos
Colombia toda le entrega
la canción de las estrellas...
¿Y usté
cree que yo dormí esa noche?; ¡no!, yo esa noche no dormí nada.
Tiempo después me fui para discos Fuentes,
pues tenía otros temitas, y se los enseñé a un señor que llamaba Hernán
Colorado Vallejo, director artístico; yo era Óscar Sutero, poeta, estaba metido
en la radio, hermano de Gildardo Montoya, en fin, yo tenía gran cantidad de
armas, y yo le llevé un tema que llama LA CANASTA FAMILIAR, y otros tres más:
La canasta, la canasta familiar
qué cosa tan horrible
mercar es
imposible
me pienso
suicidar....
Entonces me dice Hernán Colorado, que era un
'filipichín' muy adornadito, muy elegante, muy culto, muy aseñorado, un poco
amanerado en su forma de caminar, pero un señorazo de tiempo completo, y que
Dios lo tenga en la gloria:
—Ve Darío,
de los cuatro temas yo te voy a grabar LA CANASTA FAMILIAR.
—Muy bien
Don Hernán, pero escuche de una vez el cassette y me define ya mismo.
Al rato dio la orden de grabación y
encargó a Luis Carlos Montoya para que los cantara, y de una vez al conjunto
acompañante lo denominamos LOS VECINOS; hay empecé yo, y
después grabé EL TRAVOLTA CAMPESINO pero ya sólo con guitarras, y otro fue
BUSCANDO EL MARRANO. De ahí pasé a discos Victoria y discos Pueblo, grabando
temas parranderitos que gustaban y que se hacían con el apoyo de La Voz de Las
Américas; o sea, que yo como cantante, me inicio en 1980 con EL TRAVOLTA
CAMPESINO; se me olvidaba decir que cuando me grabaron LA CANASTA FAMILIAR, EL
BAILE DEL PINGÜINO, LA CONTRABANDISTA y TRISTE DICIEMBRE, en Fuentes, por el
grupo LOS VECINOS, el músico Fruko, me dijo a mí:
—Maestro,
¿y por qué no los canta usté mismo?
—Yo no sé
cantar.
—Usté
tiene buena voz, y aquí le ponemos los instrumentos.
Y yo no me sometí a eso, pero después me animé, y
fue cuando grabé EL TRAVOLTA CAMPESINO.
Después hice para discos Victoria, LOS VELORIOS, DICIEMBRES
QUE NO VUELVEN, EL PLIEGO DE PETICIONES, porque el estilo mío para componer es
más bien social, más bien tirándole un poquitico al Gobierno, pues el Gobierno
siempre ha sido malito; después hice EL DESPELOTE, y el último tema que grabé
fue LA LEY 50, disco que ganó en Antioquia por encuestas de R.C.N., como mejor
parrandero en ese año y sólo me disputaron el título dos temas llamados, COMO
NO ES POR AY y LLEGARON LA PUTIÉRREZ; por esto, me dieron una placa en R.C.N. y
otra en Todelar.
Después yo fui a grabar, y el señor Otoniel Cardona —dueño
de discos Victoria—, le dio la orden a Miguel Ángel Nova, de que no me grabara
a mí; que dizque porque yo estaba hablando muy mal de discos Victoria; claro
que a mí después Nova me contó:
—Lo que
pasa es que a ese señor le dijeron, que usté no había quedao contento con las
regalías y que usté estaba hablando muy mal de la fábrica.
Yo siempre quede pensando que hubo alguna persona que intrigó,
para que a mí no me volvieran a grabar.
Cuando salió el disco de LA LEY 50,
Teleantioquia fue a mi casa con los reporteros del noticiero de las 7:30, me
entrevistaron, llevaron las cámaras, me colocaron con microondas con el Doctor
Alvaro Uribe creador de la Ley 50, y pusieron mi disco; el Doctor Uribe se reía
con las cosas que decía mi canción, y dijo:
—Lo que
pasa es que Darío no entendió el mensaje que; quise dar con la Ley 50.
Y decía el periodista:
— ¿Usted
qué dice respecto a las palabras del Doctor Uribe?
—Él tiene
que defenderse, pero la Ley 50 es una bofetada para el obrero y para la clase
trabajadora:
Hay señores tengan cuenta
dónde
iremos a parar
ahora con
la Ley 50
nos llevó
el juicio final.
Ya los pobres parecemos
con la suerte del camello
pues parece que 'l Gobierno
nos puso la soga al cuello....
Eso fue una protesta muy buena y eso le llegó al pueblo;
cómo sería que el Senador Omar Flórez me llamó a la casa y me dijo:
— ¡Qué
Verraquera' hombe!, eso era lo que queríamos, que saliera un tema de esos.
Eso sonó por todas las emisoras, y fui a reclamar las regalías....
100.000 pesos; no, no eran ni 100.000, eran 82.000 pesos; entonces cuando yo
fui a firmar dije:
— ¿82.000
pesos?, ¡el disco que ganó en Antioquia como el mejor parrandero!; ¡hay
carajo!, ¿no sería un poquito más?
Yo entonces supongo que esa vieja que me atendió, le dijo
a Don Otoniel alguna cosa.
Pasó un año y no me grabaron nada, pasó otro año y tampoco,
y yo quería volver a grabar, entonces fui donde Miguel Nova —que es mi gran
amigo— quien me manifestó:
—No Darío,
Don Otoniel está cerrao en que no te graba a vos; velo, precisamente allá se
está montando al carro, andá decile vos, a ver qué dice.
Yo fui hasta el automóvil, el estaba sentado en la
parte de atrás.
—Don
Otoniel, buenas tardes.
— ¿Qué más
Don Darío?
—Vea,
usted dice que yo hablé mal de la empresa, y yo nunca he hablado mal; ya me
castigaron 94 y 95 que no me grabaron, ¿usté por qué no me deja grabar dos
temitas este año?
—Hablate
con Miguel, que yo con eso no me entiendo nada.
Fui donde Miguel, y el carro todavía parado
ahí.
—Miguel,
que dizque es cuestión tuya.
—Don
Otoniel, el hombre quiere grabar, dejémosle grabar.
— ¡No!,
dejémosla cosa así y hablamos esta semana.
Ahí me di cuenta que no quería; después yo le decía a
Miguel Nova:
— ¡Don
Otoniel Cardona!, ¡al que 'l hermano mío le ayudó a conseguir plata con la
música, y que era la 'ñaña' de él, que lo quería y lo adoraba!, ¿me hace esto a
mí que soy el hermano?
Y le agregué a Nova:
— ¡Este
señor no tiene corazón, y en lugar de corazón, tiene uu zapato viejo en el pecho!
Y busqué otras empresas, pero todas se habían puesto de
acuerdo pa' no grabarme: ¿Codiscos?, ¿Fuentes?...
— Sí... ya
hemos oído hablar de usted, pero no nos interesa
¡Así es la
vida!
Gildardo y yo nunca nos apoyamos en la música de
Buitrago, pues el estilo de nosotros es muy paisa y muy'cachaco'; admiro mucho
a Buitrago, pero a mí personalmente, nunca se me ha ocurrido imitar a nadie.
Rómulo Caicedo, grabó un tema mío que titula LOS NIÑOS
POBRES, que después lo grabó también EL COMBO NUTIBARA, cantando Alcides Díaz,
y fui a reclamar las regalías.... 380 pesos; y eso que lo grabó Alcides Díaz.
LOS BLACK STARS me grabaron LA MARACUCHA y TRISTE
RECUERDO, fui a reclamar las regalías.... nada, entonces yo me dije:
— ¡No sigo
jodiendo con esto!
En la música parrandera ha habido muchos expositores del
requinto, muchos punteros, pero para mí, son:
Manuel Suescun, puntero de Gildardo Montoya, fue uno
de los mejores; Ricardo González, que es el que me acompaña a mí los discos, es
muy bueno; Libardo Ramírez, llamado 'pistola'; Carlos Acevedo; Leonel Ospina,
el mejor guitarrista que tuvo Antioquia en su tiempo; y José A. Bedoya, de los
mejores punteros de la música parrandera.
Entre los grandes marcantes o acompañantes de
punteros, uno que fue tremendo, Neftalí Álvarez; pero también Gildardo Zapata y
otros.
En cuanto a bajistas en la música
parrandera, el mejor fue Jesús Vanegas, pero también Miguel Ángel Nova y Luis
Eduardo Gutiérrez.
Entre los bongoceros en la música de
parranda, el que más se destacó fue Jairo Gómez, pero había otro que se llamaba
Alberto Valencia.
Cuando Alvaro Velásquez compuso EL PRESO, se lo
llevó a Codiscos a Gildardo, cuando era director artístico:
—Gildardo,
a ver si grabamos este numerito.
Gildardo tenía un sexto sentido musical; uno
le llevaba tres números y le decía cuál iba a ser éxito.... y así sucedía.
—Hombe,
este número debe llamarse EL PRESO; y las orquestas que hay aquí, Juan Pina, EL
COMBO DE LAS ESTRELLAS, no son como pa' grabar ese número; mejor lleváselo a
Fruko, que es especial para Fruko, ¡no se lo vas a dar a nadie, sino a Fruko y
verás que te va a pegar el número!
Y preciso, fue un éxito el verraco.
Una cosa que's bueno acotar, es que aquí en
Antioquia no se hace con ningún compositor, lo que se hace con Gildardo; y es
que cada año, se le hace homenaje a través de 4 o 5 emisoras.
Pedro Jairo Garcés Liévano, guitarrista de LOS
GOLDEN BOYS, murió un 12 de diciembre de 1972, asesinado después de una fiesta,
por líos de faldasy tenía 30 años cuando lo mataron, pero era un músico muy
bueno.
En Antioquia, el pionero de la música
parrandera puede ser el 'Mono' González, pues la malicia no la sacó Gildardo,
la malicia está en muchos números más adelante; EL CANTARITO Y PALO SEMBRAO
tienen su doble sentido, y también MÁNDEME AGUINALDO, y LOS TUMAQUEÑOS y Luis
Carlos Jaramillo; pero Gildardo sí le puso más el acento y eso fue lo que
gustó, porque a la gente que es morbosa, le gusta la picardía; pero entre los
iniciadores de la música parrandera están: el 'Mono' González, Alfonso Pérez,
Joaquín Acevedo, Antonio Posada, Carlos Enrique Muñoz, LOS TROVADORES DEL
RECUERDO, Manuel Flórez y Dídimo Ospina.
Yo publiqué en un tiempo en el periódico El
Espectador, cuestiones de farándula, con la colaboración de Alvaro Monroy
Acevedo, en una columna que llamaba ARTE Y ARTISTAS; publiqué para SUCESOS
SENSACIONALES de Octavio Vásquez Uribe; publiqué para PANTALLA en 1965; también
en EL CORREO de Medellín y en el suplemento literario de EL COLOMBIANO; y
colaboro en algunas emisoras en comentarios de farándula. RADIO PAISA, NUTIBARA
y RADIO Q, es decir, yo estoy todavía metido en la pomada.
Para yo volver a grabar, tiene que ser que me
llamen, pues de lo contrario, ¡no!
Darío Gómez, sigue el estilo parrandero de mi Hermano
Gildardo, y él me lo confesó llanamente, eso no es ningún misterio y el lo dice
directamente.
LA HORA COSTEÑA, fue un programa que se hizo
famoso en la capital antioqueña, tendiente a divulgar la música de la costa
norte de Colombia, con sus cultores y sus acordeoneros; este programa tuvo como
locutor y perifoneador principal a Eduardo Enrique Villalba Álvarez, oriundo
de San Marcos y nacido el 26 de abril de 1925; él se asesoraba de los
locutores: Jaime García Bustamante, Fernando Causado Rivero, y posteriormente
Carlos Monery; en el control estaba Abelardo Morales y Sigifredo Vera. Este
programa tenía el apoyo principal de discos Fuentes, pero también pasaba
cuñitas del Almacén sin Nombre y Almacén de Discos Horacio Llano; pero lo que
sí hay que decir, es que la mano derecha para divulgar la música costeña en
Medellín, fue Eduardo Villalba; ¡eso hay que decirlo pues!
El primer disco que graba Joaquín Bedoya
fue en 1960 y titula EL ESPANTO, en sello Royal de discos Victoria.
Octavio Mesa no es de doble sentido, ese sí se abre
del todo, se despliega.
El nombre verdadero de Octavio de Jesús, era
Octavio Salazar, oriundo de Sonsón, de una vereda llamada Robledal, y tiene
temas como VARILLA CALIENTE, NO ME DEJAN CAMINAR y CANDELARIA; este muchacho
trabajaba en una mueblería, pero se alejó un poquito de la música; y las
inclemencias de la vida, el factor económico, etc., le dieron margen para que
a Octavio de Jesús se le 'corriera un poquito la teja', y se le ve andando por
Medellín un poco enfermoso, y ya no tiene la capacidad de grabar, por eso es
que hace 12 o 14 años que no graba una obra, por enfermo.
El nombre completo de Posada, era Antonio Posada Correa,
oriundo de Pereira y se hizo acompañar muchas veces del conjunto LOS TUMAQUEÑOS,
agrupación que formaban Heriberto Quiñones como
guitarrista puntero, Luis A. Yacup era el cantante, y la guacharaca la
interpretaba un señor de nombre Alonso Álvarez; estos músicos que venían de
Tumaco, se hospedaban en el barrio Guayaquil y se mantenían en un café que
llamaba Café Cisneros.
Luis Carlos Jaramillo es un cantante nacido en 1921
en una vereda del municipio de Santa Bárbara, llamada El Alto de las
Guascas; este hombre tuvo una época dorada en la música, pues la mayoría de
discos que sacaba, eran auténticos 'palos' en la década del 50; a él lo
acompañaba el grupo LOS FIESTEROS, del cual hacían parte Alejandro Sarrazola,
Antonio Colorado y Consuelito Pérez, que es la mejor intérprete femenina que ha
tenido la música de parranda; pero Luis Carlos Jaramillo también cantó con
Amalia Rey y Judith Arboleda.
Consuelo Pérez cantó con Luis Carlos, con
Leonel Ospina, Antonio Colorado y en una de sus venidas a Medellín —pues ella
vive en Venezuela—, grabó con Gildardo Montoya un tema que se llama PELEANDO EL
BIZCOCHO.
La mayoría de los conjuntos parranderos que en Antioquia hubo, tuvieron de guacharaquero a Alejandro
Sarrazola Quintero, nacido en la vereda La Habana del municipio de Valdivia, y que cuando vino a Medellín, era un montañerito de pelo
lacio, ponchito, pantaloncito rayado tan ordinario como el
que yo tengo
en este momento, unos zapaticos viejos,
y al que yo vi por primera vez tocando la guacharaca en un conjunto que se llamaba
MEDELLÍN A.
Carlos E. Muñoz era un cantante que falleció
en el municipio de la Dorada, el 17 de octubre de 1976, y que tenía como profesión
la peluquería.
Cuando Jesús Vanegas fallece era el bajista
del conjunto LOS LEGENDARIOS, de un señor que era amigo mío, Darío Gómez y que
ya pertenece a otro estrato social; pero Jesús Vanegas acompañó a casi todos
los parranderos que en Antioquia han habido.
La esposa de Carlos Muñoz se llamaba Lastenia Cruz, que es
quien le hace el corito en EL HIJO DE ROSENDA; y le cuento como cosa curiosa, que aquí en
Medellín existía un semanario llamado SUCESOS SENSACIONALES, que lo dirigió
inicialmente Jairo Zea Rendón, y después Octavio Vásquez Uribe; en esos días
vivía aquí Carlos Muñoz, hombre extremadamente pobre, que había alquilado una
casita él y Lastenia Cruz, y como se demoró para pagar el arriendo, lo sacaron
de la casa, y en las páginas de SUCESOS SENSACIONALES salió retratado Carlos
Muflozy su esposa, sentaditos en la cama, con la guitarra en la mano, fuera de
la casa y casi que impetrando la caridad pública, porque no tenían con qué
pagar el arriendo.
Luis Carlos Jaramillo ganó toneladas de plata, cantando y
grabando para Fuentes y para Codiscos; Leonel Ospina ganó toneladas de plata,
grabando para Silver como artista exclusivo y como asesor del Maestro Lucho
Bermúdez en la dirección artística —era el mejor requinto de Antioquia en los
años del 50 al 70—; y este hombre tuvo dinero, pero Leonel era más bien 'mal
esposito' —la esposa se llamaba Celina Naranjo—, ¿y por qué no?, mal hijo
también, pues se gastaba un infierno de plata en bacanales; Leonel Ospina se
cambiaba de ropa dos veces al día.... y eso que siempre se mantenía de cachaco,
era petulante, más bien mal amiguito.... como lo fue Luis Carlos Jaramillo
también, que iba al bar Canadá —sitio donde se reunían todos los artistas—,
vestido con sobretodo, sombrero, zapatos lustrados, fumando pipa, los mejores
etílicos, y decía —me contaron a mí:
—A mí me
da aguardientico y a los señores allá me les da tintico, porque no pueden tomar
más, pues para ellos no hay.
Jaramillo tuvo mucha platica, vestía
impecablemente y era un poquito amarradito con los amigos; y Leonel Ospina fue
lo mismo, también tuvo su platica, pero llevó una vida muy desordenada y mucho
más que la de Luis Carlos, que solamente era borrachito; todo esto se lo digo
es para que la gente se explique, el porqué ciertos artistas viven así,
pudiendo vivir en la opulencia; a ellos les pagaban bien, pero dilapidaron y
malgastaron en bacanales, orgías y estruendos.
Joaquín Emilio Acevedo Rave, era la voz cantante del conjunto
LOS BELLADINOS, y canto temas parranderos como EL BUÑUELO, LA PLANCHA
y otros; este hombre murió asesinado en la población de Bello cuando iba
llegando a su casa; participó también en el grupo FREDONIA, y es quien canta
también un tema llamado LA MUJER Y LOS CALZADOS, que se lo dan a José Muñoz,
pero el que lo canta es Joaquín Acevedo; y lo mismo EL TESTAMENTO, ese es
Joaquín Acevedo; tenían voz similar y eran compañeros de conjunto.
Manuel Flórez fue un cantante que era propietario del sello
discos LA ROSA, y que un 20 de julio de hace 34 años, se fue para una fiesta a
La Pintada; era un cantante que apenas empezaba, pero que había grabado temas
como: JOSÉ CONTENTO y M1STER WHISKY y cositas que no trascendieron mucho; y el
hombre 'acalorao', se tiró aun río dizque a bañarse.... y no volvió a aparecer
Manuel Flórez.
Maximiliano Ardila, director del conjunto LOS
DIABLOS, murió un 28 de diciembre de hace 6 años; los médicos le habían prohibido
que tomara trago, y se puso a tomar 26, 27 y 28 de diciembre, tres días
seguidos, y ese día falleció.... murió en su ley.
Gildardo Montoya le sacó un tema al periódico EL COLOMBIANO
que se llama LAS CARICATURAS, donde habla de TARZÁN, BENITÍN Y ENEAS y otros.
Antiguamente, por LOS TROVADORES DEL RECUERDO, gustó más EL
BALAZO, que los propios LIBROS".
Excelente compendio sobre la mùsica parrandera en Antioquia
ResponderEliminar